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Daniel Cadena Jordan·9 de febrero de 2019
📸Dirigente estalla por revelarse contrato televisivo

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Daniel Cadena Jordan·9 de febrero de 2019
Uno de los grandes males a corregir en la Venezuela actual, una vez ocurran los cambios necesarios e inevitables que están por venir, será volver a acostumbrar a las dirigencias a la transparencia y el libre ejercicio del periodismo.
Venezuela ocupa el lugar 168 de 180 en el Índice de Percepción de Corrupción, así como el puesto 143 de 180 en el ranking de Libertad de Prensa. Combinados, es difícil de ignorar una película donde el hermetismo, los secretos y los acuerdos ilícitos son los principales protagonistas.
Un reciente intercambio entre el Vicepresidente de la Federación Venezolana de Fútbol, Jesús Bernardinelli, y Javier Minniti, un curador de estadísticas del fútbol criollo, pone en evidencia justamente esto.
Minniti hacía eco de un artículo de Ovación, el rotativo deportivo uruguayo, donde se revelaba el acuerdo de la Federación de Venezuela por los derechos televisivos de la Selección Vinotinto para el ciclo del Mundial Qatar 2022. El mismo habla de un acuerdo sobre la base de los 22 millones de euros, es decir, cerca de 25 millones de dólares.
Bernardinelli aparecía inicialmente a poner los puntos sobre las íes, desmintiendo que se haya alcanzado un acuerdo.
“La FVF no ha (acordado) nada. No se de dónde sacas los números”, dijo el vicepresidente. Pero el tono no demoraría en cambiar.
Tras acusar a Minniti de “un vulgar cortar y pegar” y de no informarse, lo tildó de haber mentido y de reproducir mentiras. El directivo, con el all caps activado, mostraba molestia.
Había citado una entrevista a Pedro Bordaberry, quien preside la Asociación Uruguaya de Fútbol, comentando sobre el estado actual de las finanzas del fútbol sudamericano. Bernardinelli optó por cerrar los ojos en terquedad.
“No tengo nada que leer, ya que todo lo escrito por ti y ese señor (Bordaberry), es falso”, decía el directivo Vinotinto.
Lo que era un ejercicio de rutina de periodismo, terminó por encrispar los nervios de la dirigencia de una Federación que perdió el hábito de rendirle cuentas a la ley y a sus correspondidos. Inevitablemente, quienes habitan en el poder del fútbol venezolano son acusados de actividades sospechosas por su renuencia a declarar ingresos o hablar de números del FutVe.
No le vendrá mal un poco de contraloría a la FVF, una vez la rumorada protección política se extinga.
El que críe fama, que se acueste a dormir.