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·8 de febrero de 2023

Diego Cocca, nuevo DT de México, triunfo de Irarragorri

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Pues ya está. Después de un largo y cansino proceso, ha sido decidido que Diego Cocca sea el nuevo entrenador de la selección mexicana. Sin temor a equivocarme, creo que es el DT que menos entusiasmo ha despertado en la afición, en un momento en que el equipo en general despierta poquísimo entusiasmo.

¿Es una buena decisión? Los resultados dirán pero, por lo pronto, hay pocos elementos para sentirse optimistas. Para empezar, no representa el cambio que parecía ser necesario. Cocca no es un mal entrenador, pero no es, ni mucho menos, un revolucionario, ni a nivel estilo ni a nivel ideología. Es un candidato del sistema para el sistema.


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Su estilo es más defensivo que el de los dos entrenadores anteriores, lo que ya es mucho decir en el caso de Martino. Tiene sentido, tomando en cuenta su posición en la cancha y su carácter. Fue el capitán del Atlas basado en garra, fortaleza y entrega, pero nunca fue ni talentoso ni creativo. Sus equipos lo reflejan, y es posible que sea lo que lo veamos hacer en la selección mexicana.

En el lado positivo, con los Rojinegros consiguió sacar más con menos. Los hizo bicampeones pese a no contar con un plantel que lo justificara. Eso es lo que necesita una selección mexicana que parece contar con su menor cantidad de talento en los últimos 30 años y que con Martino normalmente jugó peor de lo que el nivel individual de sus jugadores indicaba.

Cocca hizo pocos debuts y normalmente se apoyó en extranjeros. Su principal descubrimiento en cuanto a jóvenes mexicanos fue Jeremy Márquez. En Tigres había dado espacio a Jesús Garza. No se puede presumir mucho más. Tendrá que cambiar mucho para poder potenciar nuevas caras en la selección mexicana, que es una necesidad urgente. Habrá que ver si lo consigue.

Dicho todo esto. Su experiencia en México es completamente contratante con lo que hizo cuando dirigió en Argentina, donde se le reconoció como un entrenador ofensivo, con equipos de buen manejo de la pelota, y que salió campeón con Racing utilizando varios jugadores jóvenes, así que no todo está perdido.

Como sea, el nombramiento no va a ser bien recibido por parte de la afición mexicana, que no quería otro entrenador argentino, por más conocido que fuera en el medio local. Cocca tendrá que ganárselos, como hizo con los directivos que avalaron su contratación, sobre todo con Emilio Azcárraga, que le dio el visto bueno a la propuesta de Irarragorri.

Porque el nombramiento también tiene repercusiones políticas. Es el punto máximo de la alianza Orlegi-Azcárraga, que comenzó hace varios años cuando el hoy presidente de Santos defendió a capa y espada que Televisa mantuviera los derechos televisivos de la selección cuando Jesús Martínez y Jorge Vergara querían quitárselos.

La propuesta de Cocca es por parte de Irarragorri y no es descabellado pensar que ese fuera el plan desde mucho antes de que se filtrara a los medios. A final de cuentas, tanto Marcelo Bielsa como Guillermo Almada eran propuestas de Grupo Pachuca, y dentro de esa misma lógica, la relación entre los Martínez y el presidente ejecutivo de Televisa parecería suficiente para que fueran descartados casi desde el inicio.

Eso me suena mucho más lógico que la extraña ruleta rusa a la que se sometió a medios y aficionados desde hace unas semanas, en la que se manosearon nombres y nombres hasta que surgió Diego Cocca de último minuto y aparentemente de la nada. Es mucho más probable que ese nombre estuviera desde el inicio en cabeza de la lista y no se filtrara para no entorpecer las negociaciones.

En fin, habrá que ver cómo le va a Cocca, pero por el momento, es pan con lo mismo. La revolución que algunos pensaban llegaría con el fracaso de la selección en Qatar nunca se produjo, las prácticas directivas siguen siendo las mismas, y la gallina de los huevos de oro da un paso más para morirse de hambre por falta de entusiasmo de aquellos que la alimentan.

Por Martín del Palacio

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