Derroche físico sin recompensa | OneFootball

La Real no pudo sacar ningún punto del partido frente al Napoli. En cambio, las sensaciones fueron muy buenas, y la competitividad que mostraron los jugadores, aun mejor. No hay que olvidar que encerramos en su campo a uno de los mejores equipos de la competición. No por nada, Gattuso comentó en rueda de prensa que se habían enfrentado a un gran equipo y que el nivel del partido había sido más de Champions que de Europa League.

El arma con el que más daño hicieron los de Imanol fue la presión alta. El Napoli, con varios cambios en el ´once´, no tenía a los jugadores más técnicos en el centro del campo. Imanol lo detectó y mando al equipo arriba. La presión que hizo la Real, como bien apuntó Gattuso, no la suele hacer en los partidos de liga, y ahí sufrió el Napoli. Pena que no se pudiera concretar en ocasiones claras. La Real, saltaba a la presión casi en situaciones de 1vs1, en las que se exponía mucho y si el Napoli las superaba, tenía mucho espacio para correr. Pero la Real estuvo inmensa en ese aspecto, sobre todo en la primera parte.

Una de las claves para robar tan arriba fue que la defensa acompañó en la presión. Más allá de que la gente de arriba hizo un trabajo incansable, y que el centro del campo estuvo muy agresivo a la hora de saltar en la presión, la defensa no se hundió y fue arriba también. Entonces, cuando al Napoli lo único que le quedaba era mandar balones a Petagna, Le Normand y Sagnan se imponían, y si no, Guevara rebañaba la segunda jugada y recuperaba el balón. Así fue como la Real embotelló al Napoli durante gran parte de la primera parte.

En la segunda parte, con el paso de los minutos, la intensidad de la presión fue bajando como es lógico. Entonces, la Real no robaba tan arriba y el Napoli estaba mejor colocado cuando la Real atacaba. Por eso, en los últimos 20 minutos aproximadamente, no hubo ocasiones y el Napoli tiró de experiencia y de un gran Koulibaly, para no sufrir en exceso.