Depresión del Guadalquivir | OneFootball

“La derrota tiene algo positivo,nunca es definitiva. En cambio, la victoria tiene algo negativo, jamás es definitiva”

José Saramago

Es el peor día para decir esto, pero tras la goleada sufrida ante el Atlético de Madrid, el Rayo Vallecano necesitaba achicar agua para no caer ahogado ante el Betis.

Los jugadores de Francisco se aplicaron a ello y compitieron de la mejor manera contra los verdiblancos, pero cayeron por un detalle, como suele ocurrir en los partidos cerrados.

Un gol de William José dictaminó sentencia,una falta al borde del área, un zambombazo, un segundo tarde en la reacción del arquero y se acabó.

Luego,actitud correcta,intentos baldíos, poner toda la carne en el asador, De Frutos, Bebé, Camello, Falcao, algún chispazo y ya está. No se hizo el ridículo, se peleó y se disputó el choque. Bien.

No es una crónica “exprés”, es que el partido tuvo un poco de todo y de nada.

Cuando un equipo termina un ciclo “dorado” y recupera su “normalidad” es doloroso.

No ayuda demasiado ver el cielo romperse, aunque sea con algún rayo.

Tampoco que la estrella de algunos de los jugadores que dieron mucho la campaña pasada este apagada o fuera de Vallecas.

No se puede reprochar demasiado al trabajo de los jugadores rayistas, pero la brillantez ha desaparecido. Dicen muchos rayistas que fuera de Vallecas hace mucho frío. Lo saben Fran García y Catena que tuvieron un día malo en la oficina y Santi Comesaña, cuya sombra es alargadísima en el barrio y cada vez más corta en Villarreal.

Es pronto para discernir si es solo el estado de forma,las ausencias o algo relacionado con el estilo del nuevo Rayo en el cesped pero los Isi y Álvaro (huérfano de Fran) aún no carburan del todo, Trejo, esta vez ausente, va notando el paso del tiempo y RDT y Camello aún no llegaron. El resto es trabajo honrado y honroso, pero no da para brillar.

No por ser noticia de última hora debe afectarnos, pero el Rayo de este año es otra cosa, más jugadores de nivel 6 pero menos de nivel 7, un once peor, pero más posibilidad de alternativas y la necesidad de ir encajando las piezas para tener un bloque que ilusione, algo que, ahora mismo, no ocurre.

Sería injusto por precipitado juzgar al entrenador por esa sensación. El equipo ganó los partidos que podía y perdió los esperables, no está mal situado en la tabla, pero perdonen y entiendan que este inicio del nuevo curso, tras un verano de calores extremos y un inicio de septiembre atroz nos lleve a la melancolía. Será culpa de la DANA.

Feliz parón. (6 puntos de 12 serían 57 de 114 al final de temporada. Ni tan mal para intentar animarnos.)