Nacional Es Pasión
·4 de diciembre de 2024
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·4 de diciembre de 2024
El análisis de Juan Felipe Velásquez.
Atlético Nacional y Millonarios protagonizaron un clásico cargado de emociones en el Atanasio Girardot. El empate 1-1 dejó un sabor agridulce para los hinchas verdolagas, pues, aunque el equipo mostró buen fútbol, el resultado complica su camino hacia la gran final de la Liga BetPlay II-2024. Este partido no solo fue un reflejo de lo que Nacional puede ofrecer en la cancha, sino también un recordatorio de lo difícil que ha sido este torneo para el equipo, tanto dentro como fuera del campo.
Nacional fue el mejor equipo durante la primera mitad. Desde el minuto nueve, Álvaro Angulo aprovechó una jugada llena de insistencia y rebotes en el área para abrir el marcador. Su gol, fruto de su rapidez y contundencia, encendió a una afición que soñaba con la victoria. Los verdolagas mantuvieron la intensidad y generaron múltiples ocasiones de gol. Montero, el arquero de Millonarios, se convirtió en el gran obstáculo, negando el grito de gol a Hinestroza, Cardona y Morelos en jugadas que bien pudieron sentenciar el partido antes del descanso.
Pero el fútbol, como siempre, es un juego de aciertos y errores. Nacional pagó caro no haber concretado ese segundo gol que habría cambiado el rumbo del encuentro. Aunque dominó, la falta de puntería y la inspiración del rival en el arco dejaron el marcador 1-0 al finalizar la primera mitad, un resultado que no hacía justicia a lo visto en el campo.
La segunda mitad trajo cambios tácticos y más emociones. Millonarios ajustó su esquema con los ingresos de Falcao García y Jader Valencia, lo que dio mayor dinamismo a su ataque. Nacional, por su parte, siguió buscando, pero el desgaste comenzó a notarse. Una vez más, Montero frustró un potente remate de Cardona, manteniendo a los embajadores con vida en el partido.
El momento más controvertido llegó en el minuto 84. En un balón aéreo, Falcao fue derribado por Felipe Aguirre en el área. El árbitro no dudó en señalar el penalti, pero la jugada fue revisada por el VAR por un posible fuera de juego previo. Tras varios minutos de incertidumbre, se confirmó la infracción y Falcao empató desde los once metros con un disparo al centro. Aunque el penalti en sí fue claro, la posición de Falcao generó dudas, alimentando una sensación de injusticia entre los hinchas verdolagas.
Nacional no solo ha enfrentado a sus rivales en este torneo, sino también una serie de sanciones y decisiones arbitrales que han puesto en tela de juicio la equidad con la que se juzga a unos y otros. La Dimayor tiene un desafío grande: demostrar que su torneo es justo y limpio en medio de un clima enrarecido por polémicas que parecen multiplicarse en cada jornada.
El empate dejó a Nacional en una situación complicada. Ya no depende de sí mismo para clasificar a la final. Con 7 puntos, los verdolagas necesitan ganar sus dos partidos restantes y esperar que Millonarios no sume más de 3 puntos en sus próximos compromisos. En el fútbol, todo es posible, pero no depender del propio rendimiento siempre deja un sabor amargo.
La sensación de que Nacional está quedando fuera “por milímetros” es innegable. El gol anulado a Dairon Asprilla en Bogotá por un fuera de lugar milimétrico y el polémico fuera de juego no sancionado en la jugada que derivó en el penalti de Falcao han generado suspicacias. Aunque es importante reconocer los errores propios, la percepción de que las decisiones arbitrales y las revisiones del VAR no siempre son equitativas se mantiene viva. Para un torneo que busca integridad y transparencia, estas situaciones son un golpe para la confianza de los hinchas y el prestigio de la liga.
El próximo jueves, Nacional recibirá a Deportivo Pasto con la necesidad imperiosa de ganar. Aunque la clasificación no depende únicamente de su desempeño, los verdolagas tienen la oportunidad de demostrar que están hechos para superar adversidades. Con un equipo que alterna momentos brillantes con lapsos de inconsistencia, Efraín Juárez deberá encontrar la fórmula para que su grupo juegue no solo con intensidad, sino con precisión.
Si algo caracteriza a Atlético Nacional es su afición, que siempre está presente, incluso en los momentos más difíciles. Este empate ante Millonarios es un recordatorio de que el fútbol no siempre recompensa al que mejor juega, pero también de que la historia de Nacional está marcada por remontadas y épicas victorias.
Hoy más que nunca, el mensaje para los hinchas verdolagas es claro: creer. Porque aunque el camino esté lleno de obstáculos, Nacional es grande y siempre encuentra la forma de volver a brillar.