Cultural 2 – 2 Ceuta: Murube dictará sentencia | OneFootball

Víctor Ruíz rasca un empate en los últimos minutos para que la Cultural pueda bajar a Ceuta con las opciones intactas de ser campeona

La escena era, cuanto menos, curiosa. Los pollos amarillos, referidos a aquellos jugadores que se habían teñido el pelo de un amarillo platino, abundaban a ambos lados del terreno de juego. Y, es que, el ambiente festivo era más que notorio en un duelo de campeonas intranscendente, pues siquiera la RFEF tiene claro si permitirá librarse de una ronda de la Copa del Rey como, por ejemplo, disfrutó el Deportivo esta misma temporada. Aun así, se consumó un empate entretenido con ocasiones para ambos lados y, de cierto modo, con la Cultural y el Ceuta demostrando por qué son equipos del fútbol profesional.

Quizás llegaba más escocido el Ceuta al choque tras llevarse una manita en Ibiza. La Cultural, por su parte, sumaba casi 72 horas seguidas de fiesta entre celebraciones, actos institucionales y comparecencias ante diversos medios de comunicación. El conjunto de Llona, a fin de cuentas, se plantó en la ida del duelo de campeones con apenas un entreno en las piernas y demasiadas emociones que canalizar. Mirar la alineación era la mejor evidencia de ello. Barri y Fornos eran los únicos titulares habituales, mientras que los otros nueve formaban parte del grupo de jugadores con menos minutos a lo largo del año. Los Lanchi, Adri Ruíz, Víctor Ruíz, Txus Alba y compañía gozaban de una oportunidad única para dejarse ver en un gran escenario.

Regresar hasta en dos ocasiones

Salió la Cultural con ganas y hambre, queriendo poner la guinda al pastel en el que se encarnaba el Reino de León. Sin embargo, el Ceuta no perdonó en la primera ocasión que cruzó el centro del campo. Lo hizo a través del balón parado, donde Carlos Hernández se adelantó a la zaga leonesa para adelantar a los de la ciudad autónoma. Cierto es que aprovechó una relajación fruto de tener los deberes hechos, pero, a su vez, confirmó lo que sufre el conjunto capitalino en la pizarra. El tanto dio alas a los ceutís que, pese a no ser claros dominadores, llevaban la batuta y se acercaban más que los de Llona.

La defensa alta propuesta por Juan José Romero hizo mucho daño a un Escobar que no conseguía detectarla y, aunque fuese por centímetros, siempre estaba en fuera de juego. Sin embargo, el gallego mandó a guardar según le llegó la primera a su cabeza. El centro, proveniente de Víctor Ruíz, fue un auténtico caramelo. ¿El minuto? Sí, el 42, el mismo del ascenso, ese que Chacón lleva impregnado en su piel desde este mismo lunes. Así, sin excesivas luces, pero con los 5.500 que se acercaron al estadio entretenidos, se llegó al asueto.

La segunda mitad fue más de lo mismo. Dos conjuntos que, sin matarse, buscaban llevarse una ligera ventaja al choque de vuelta. Almenara sobrevoló la cabeza de Álvaro Martínez, quién hizo la estatua ante el terremoto del jugador del Ceuta. Restaban más de un cuarto de hora y la grada pagaba con Artola su frustración, pues el vasco es, para muchos, la gran decepción del transatlántico construido por Manzanera. Tiró de corazón la Cultural para, sobre la bocina, rascar un empate. ¿El protagonista? Un Víctor Ruíz que le quitó la falta a Pibe para, con un guante en la izquierda, quitar las telarañas a la portería de Guille Vallejo. Murube, en definitiva, dictará sentencia.

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