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·20 de mayo de 2018

Cristian Ansaldi, el ambidiestro que se ganó un puesto vacante en la Selección argentina

Imagen del artículo:Cristian Ansaldi, el ambidiestro que se ganó un puesto vacante en la Selección argentina

El lateral izquierdo de la Selección argentina no tiene un dueño absoluto e indiscutible tal vez desde que Juan Pablo Sorín se retiró del combinado nacional, allá por 2006. A lo largo de una década, muchos nombres pasaron por esa posición: algunos lograron continuidad, otros fueron recambio y muchos otros pasaron fugazmente y terminaron por quedar en el olvido. A ese grupo pertenecía Cristian Ansaldi , hasta que Jorge Sampaoli decidió sacarlo del olvido y darle una nueva chance con la Albiceleste a los 31 años.

Exactamente tres años debieron pasar para que el rosarino vuelva al combinado nacional. El lateral de Torino, que ingresó a última hora a la convocatoria para los partidos del sábado 11 y el martes 14 frente a Rusia y Nigeria por la lesión de Marcos Acuña, había jugado por última vez con la camiseta de la Albiceleste también en la fecha FIFA de noviembre, pero en 2014: el 12 y 18 de aquel año, el rosarino había sido titular contra Croacia y Portugal bajo la dirección técnica de Gerardo Martino.


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A pesar de que contra el conjunto de los balcanes, incluso, Ansaldi marcó el gol del empate transtorio en la victoria 2-1 , nunca más volvió a entrar en la consideración del Tata, ni fue tenido en cuenta por Edgardo Bauza. Lo mismo le había sucedido con los entrenadores anteriores. Alejandro Sabella sólo lo llamó en dos ocasiones: Pachorra lo hizo ingresar media hora en el triunfo amistoso 3-2 sobre Suecia del 6 de febrero de 2013, mientras que en el encuentro contra Paraguay de la 16° fecha de las Eliminatorias rumbo a Brasil, ni siquiera le dio minutos. Sergio Batista, en tanto, lo puso 90 minutos en una derrota 2-1 contra Polonia en 2011. Y Diego Maradona le dio la chance de debutar en la Selección el 14 de noviembre de 2009 contra España, pero no volvió a convocarlo.

La carrera del lateral fue tan zigzagueante como su paso por la Albiceleste. Tras una aparición fulgurante en Newell's cuando apenas tenía 19 años, a mediados de 2008 fue transferido a Rubin Kazan por 8 millones de euros, en una de las mejores ventas de la historia de la Lepra : su muy buen nivel en el club ruso, en el que permaneció seis años y ganó cinco títulos, fue el que le abrió las puertas del combinado nacional por primera vez. Pero cuando cambió de equipo, la historia empezó a complicarse.

En 2013/14, el defensor llegó a Zenit y no tuvo continuidad. En 2014/15 pasó a Atlético de Madrid y lo que se suponía que sería un salto en su carrera, terminó por ser una pesadilla a todo nivel. En lo futbolístico le pasó lo mismo que a la mayoría de los argentinos que dirige Diego Simeone : apenas si contó con oportunidades (jugó ocho partidos en toda la campaña) y se fue del club por la puerta de atrás. Además, tuvo un incidente con la justicia por discutir con un policía en la puerta del Vicente Calderón y hasta pasó una noche detenido.

Para 2015/16 llegaría a la Serie A, donde pudo relanzar su carrera: tras un buen año en Genoa, Inter lo compró en 2016/17 y le dio la posibilidad de sumar ruedo. Para 2017/18 llegó a Torino a préstamo por dos años. Disputó 25 partidos por la Serie A en buen nivel a lo largo de la temporada y, en el último encuentro del torneo, curiosamente ante Genoa, dio una asistencia para el gol de Baselli (que terminó significando el triunfo), pero, antes del final, se fue expulsado por doble amarilla.  ¿Le alcanzará para ser el jugador 24?

¿Qué puede aportarle el defensor a Sampaoli en estos partidos? Más allá de su probada experiencia en la banda izquierda, el rosarino cuenta con una característica que lo destaca de los otros competidores por el puesto: es ambidiestro, por lo que puede adaptarse a otras posiciones en la cancha.  "Tengo mejor pegada con la zurda, pero para el traslado, domino mejor la derecha", reconoció alguna vez. Quizás esa sea su llave para dejar de ser un esporádico en las convocatorias y ganarse un lugar entre los nombres que pelean por ir a Rusia. Un país que, además, ya conoce de sobra.