FUTBOLARGENTINO.COM
·17 de agosto de 2024
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Un penalti en el tiempo añadido, convertido en el rechace por el brasileño Junior Messias, dejó al Inter, que saboreaba la remontada cosechada en los minutos finales tras el doblete del galo Marcus Thuram, con la miel en los labios en Génova (2-2) ante un combinado compacto que encontró recompensa tras su gran partido ante el principal candidato a salir campeón a final de temporada. Siempre complicado rival, y mucho más en casa, el Génova, aunque sin sus 2 grandes estrellas de la pasada campaña, el italiano Mateo Retegui (Atalanta) y el islandés Albert Guddmundson (Fiorentina), vendidos en el mercado estival, complicó sobremanera al Inter en el estreno de la Serie A, obligando al campeón a exigirse al máximo para remontar el partido antes de volver a poner el empate sobre la bocina, en un partido de ida y vuelta, especialmente en la segunda mitad. El Inter, dominador absoluto en la primera mitad, aunque con un ritmo más pesado del que acostumbró en la espectacular campaña pasada, sufrió un revés inesperado que llegó de la manera más tonta, con una cadena de errores defensivos que le pusieron contra las cuerdas en el minuto 20. Una falta lateral lejanísima se convirtió en el detonante de una jugada para el olvido en la que Lautaro perdió la batalla con su par, que remató de cabeza desde la frontal del área. El balón, muy llovido, parecía bajo control de Sommer, que inexplicablemente retrocedió y perdió la noción de su posición provocando que al blocar el balón éste diera en el larguero y quedase manso en el corazón del área. Allí, el tercer error. Condicionado por la confianza en su meta ante un balón sencillo, Acerbi y Bisseck se desentendieron de su marca y permitieron a Vogliacco, el más rápido de todos, rematar a placer para abrir el marcador. Todo el dominio inicial quedó en nada por una jugada aislada de los de Gilardino, que aunque estuvieron bien plantados en todo momento, no habían creado problemas. El tanto desató entonces una versión más reconocible del Inter. Más ligera, más certera, más agresiva. Y en una de esas, llegó el empate tras varias intentonas. Fue en una jugada marca de la casa. La intentaron primera Bastoni y Darmian. Un centro lateral del primero hacia el segundo. Pero fueron Barella y Thuram los que dieron en el clavo. Una asistencia del italiano de primeras, un testarazo del galo ajustado al palo. El Inter exhibió su superioridad tras el gol, evidenciando una gran reacción del campeón que a punto estuvo de significar la remontada. Una recuperación alta de Bisseck, elegido por delante de Pavard en defensa, acabó con el central en la frontal del área filtrando para Dimarco, jugador siempre peligroso en esa zona. El carrilero zurdo amagó con el disparo pero se inventó un pase medido a Thuram, que no pudo disparar por la intervención de Baldej. En un primer momento el colegiado señaló pena máxima, pero el VAR llamó al árbitro para revisar la jugada, anulada poco después al haber tocado primero el balón el jugador del Génova. La tuvieron también Lautaro y Dimarco en una misma jugada al ocaso del primer acto tras una pérdida inexplicable de Aaron Martín dentro del área. El primero se topó con el meta Gollini, mientras que el segundo remató a bocajarro sin portero, pero Badelj metió la cabeza in extremis para salvar los muebles. Perdió estabilidad el combinado de Simone Inzaghi en el centro del campo en la segunda mitad y el Génova fue creciendo con el paso de los minutos. Tuvo incluso el equipo local alguna ocasión clara para ponerse por delante, pero el desacierto de Mesías y Sommer bajo palos evitaron el tanto. Pero incluso con eso, el Inter sigue siendo el Inter. Y creó ocasiones por puro talento individual, por pura memoria colectiva. Por puro empuje. Y por culpa de una gran gestión de plantilla que permite a Inzaghi meter a Frattesi, que sería titular en cualquier otro equipo de la liga, en el minuto 66 para que se invente una jugada personal y regale el tanto a Thuram, que definió con una sutil vaselina para encarrilar el duelo en el minuto 85. Todo con cierto suspense, pues el asistente había levantado la bandera señalando fuera de juego. Iba a ser el segundo gol anulado por fuera de juego a los de Milán, pero el fuera de juego semiautomático dio validez al tanto. El duelo parecía terminado. Y el Inter saboreaba la victoria. Pero un error clamoroso de Bisseck, que había completado un buen partido, permitió al Génova empatar desde los once metros. No calculó bien el central y, en un intento de despeje con la cabeza, impactó el balón con su mano en área propia. Messías falló. Pero le cayó el rechace y definió a puerta vacía. Así, sobre la bocina, el Génova provocó el tropiezo del campeón en la primera jornada.