FUTBOLARGENTINO.COM
·26 de marzo de 2024
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Ya son seis victorias seguidas del Atlético de Madrid y nueve goles esta temporada de Julián Alvarez, que desató el aplastante triunfo contra el Sparta Praga (0-6) y anotó dos tantos para plasmar la indudable superioridad del conjunto rojiblanco y reafirmar a su equipo como un candidato, incluso, a las ocho primeras plazas que dan el acceso directo a los octavos de final de la Liga de Campeones, a falta aún de tres jornadas. El tiempo que ha pasado desde la última vez que logró tal secuencia de triunfos realza su valor. Hace 13 meses, en octubre de 2023, o hace 63 partidos. Y dos de las victorias, además, han sido en las últimas dos salidas en el máximo torneo europeo, cuando, hasta el 1-2 al París Saint Germain, apenas había ganado uno de diez desplazamientos. Completado el triunfo por el 0-2 de Marcos Llorente (dio dos asistencias también) antes del descanso, el 0-4 de Antoine Griezmann en el 70 y el 0-5 y el 0-6 de Ángel Correa, ha pasado de la situación límite con la que fue al Parque de los Príncipes al prometedor horizonte que se la abre en el torneo continental. Sus nueve puntos lo proponen para todo ahora mismo. Le queda aún recibir al Slovan Bratislava y al Bayer Leverkusen en el Metropolitano, aparte de visitar al Salzburgo en la cita final. "La nueva Liga de Campeones te aprieta siempre a ganar", avisó Diego Simeone. Cierto. Tanto como que el nuevo formato, más allá de algunos marcadores sorprendentes, amplifica las diferencias con algunos adversarios. El Atlético es infinitamente superior al Sparta Praga. Sin matices. Desde cualquier perspectiva. El valor de la plantilla que dirige el técnico argentino alcanza los 651 millones. La de Lars Friis apenas llega a 158. Una de tantas diferencias. Pero eso tampoco resta mérito a un partido tan completo, tan serio y tan resolutivo, con tanta autoridad en el resultado. Ni siquiera la primera ocasión a los 51 segundos, atrapada por Jan Oblak, alteró esa evidencia. Una certeza en cuanto pasó el tiempo. En cuanto se acomodó el Atlético, lanzó su primera presión hacia adelante y, sobre todo, contactó con el balón Julián Alvarez. Es un jugador diferencial. Aún pendiente de tomar toda su dimensión más absoluta -simple cuestión de tiempo, ha sumado cinco goles en los últimos seis encuentros. Cuando conduce, combina, encara a sus oponentes o controla el balón entre líneas transmite elegancia, desborde, talento y determinación para realzar a este Atlético, incluso este martes sin Griezmann ni Koke de inicio en el terreno (ambos empezaron como suplentes, luego entraron al campo y llegaron a los cien partidos en 'Champions' cada uno). Suya fue la concatenación de regates hasta que fue derribado cerca del área. Una invitación al gol. La falta, centrada, en la distancia ideal hacia la portería, la botó Julián Alvarez con un buen derechazo con el que superó la barrera y sobrepasó al portero Martin Vindhal, que ni siquiera se estiró. No fue un lanzamiento demasiado ajustado. Sí suficiente para desnivelar el marcador y el partido, apenas en la segunda ocasión del equipo rojiblanco. La otra hasta entonces había sido un cabezazo fallido de Giuliano Simeone, también de vuelta al once. El 0-2, al borde del descanso, consolidó al Atlético. El centro de Marcos Llorente lo dejó pasar Sorloth cuando fue a por el remate con el consiguiente engaño para el cancerbero local y el gol que correspondió al pasador. No logró más ventaja aún al descanso porque a Sorloth le faltó tino en otra gran ocasión del primer tiempo, entonces todavía con 0-1. Conducido el contragolpe por Julián Alvarez, el argentino entregó el balón al delantero noruego para culminar la acción. El regate le salió como esperaba. El remate no tanto, despejado a saque de esquina por Vindhal. Más allá del mérito del portero, mucho más agil que en los dos tantos, es una oportunidad que debe ser gol sí o sí. Y más en este Atlético. Una duda sobre Sorloth, rehecho después con la colaboración del 0-2. Necesita más pegada. Antes y después, el equipo de Simeone (y Pablo Barrios) lo controlaron prácticamente todo. A través del balón. Con alguna ocasión más en el primer tiempo, como un remate de Rodrigo de Paul (también en su regreso a la titularidad) repelido por el guardameta; opresivo en el área para el Sparta Praga; y con el dominio absoluto sobre un rival que, encima, perdió a Lukas Haraslin, fuera del partido entre el llanto desconsolado que le provocó una lesión muscular antes de la media hora, cuando irrumpió en el área. El Atlético insistió en aumentar el marcador contra un adversario noqueado ya en el segundo tiempo. Muy importante en un torneo en el que la diferencia general toma una importancia tan aparente. Más aún para el conjunto rojiblanco por su derrota por 4-0 con el Benfica o por 1-3 con el Lille. Aún hizo Julián el 0-3, tras una acción de Giuliano Simeone, cuyos méritos son incuestionables en este equipo. Se sumó Griezmann con el 0-4, ya en el 70, y después Correa, con el 0-5 en el 84 y el 0-6 en el 89, para remover el balance de goles a positivo. Con nueve puntos y un nuevo horizonte.