Todofutbol.cl
·10 de noviembre de 2024
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En un final de campeonato infartante, Colo Colo en un momento, estaba perdiendo el título pero gracias a que Everton le empató a la «U» en el Nacional y Arturo Vidal apareció para anotar el empate ante Copiapó, los albos consiguieron su estrella 34.
Ni el mejor guionista de una película de suspenso se habría animado tanto, ni Alfred Hitchcock o David Fincher podrían haber escrito un guion tan macabro como espeluznante y con tantos giros inesperados para una obra maestro del suspenso. Pero lo cierto, es que Colo Colo es el campeón de Chile, su estrella 34, una que sin duda se recordará por siempre por la manera en la que se dio y porque se le ganó en la meta final al archirrival de siempre, a la Universidad de Chile, que además por algunos minutos se sintió campeón. Y esa es una satisfacción doble para los albos.
Colo Colo tenía todo para campeonar, pero sin sufrir parecía que no valía. Y es que a pesar de que al frente se media ante el colista absoluto, con la defensa más batida con 60 goles en contra, en la cancha Deportes Copiapó se jugó el partido del siglo y no quiso ser invitado de piedra a la fiesta alba y menos en su propia casa en el norte del país.
Y de hecho, el cuadro nortino, a pesar de haber sido la peor defensa del torneo, en este partido tuvo una actuación defensiva soberbia y a Colo Colo le fue casi imposible poder crearse ocasiones de gol y eso con el pasar de los minutos fue provocando mucha ansiedad en los jugadores de los albos, que fueron cometiendo errores y perdiendo la paciencia, como el caso de Saldivia que en varias ocasiones se apuró y no terminó bien algunas jugadas.
Y la ansiedad era mayor porque desde Santiago llegó la noticia del tempranero gol de la «U» ante Everton que, junto al parcial empate de los albos, llevarían a un partido de definición ante el archirrival. Esa presión fue difícil de sacar y se notaba en el juego, de hecho por ejemplo Correa se perdió un gol solo en un mano a mano que definió a un costado y la pelota dio en el palo.
En el segundo tiempo, Colo Colo seguía sin poder marcar diferencia y parecía que el empate ya se cerraba y con eso el partido de definición con la «U» aparecía como ineludible. Pero, venía la peor pesadilla, porque a los 73 minutos el recién ingresado Felipe Reynero aprovechó un rechazo largo, la mala marca de Wiemberg, y el ex jugador de la «U» le dio una gran mano a su ex club al marcar el gol para Copiapó y vencer con un gran remate a Cortés. Con ese 1 a 0 para Copiapó, Colo Colo estaba perdiendo el titulo y por ende, la «U», que seguía ganando en el Nacional a estadio lleno, se convertía en el campeón del fútbol chileno de manera impensada.
Pero nada hacia presagiar, al más puro estilo de Carlos Pinto, que Everton le daría una gran mano a Colo Colo, porque cuando nadie lo podría esperar los ruleteros le empataron el partido a los azules en el Nacional y con eso le devolvieron el título a Colo Colo, que a pesar de ir perdiendo, pro puntaje no era superado por los azules y su punto que estaba obteniendo con el nuevo empate ante los viñamarinos. Y todo eso pasó en un par de minutos!.
Y como si fuera poco y aquí si que detrás de esta historia debe haber un guionista macabro, Colo Colo logró el empate, pero no fue cualquier jugador el que marcó el empate, sino que fue Arturo Vidal, quizás lejos el jugador más odiado por los hinchas azules, por lo que el significado no pudo haber sido más especial.
Al final se escribió así, de manera casi cinematográfica esta finalísima de este torneo inolvidable, que seguramente será recordada por años en la historia de la enrome rivalidad entre albos y azules y que por supuesto será una sonrisa más en las caras de los hinchas albos y una mueca en los rostros de los sufridos seguidores del romántico viajero,