Chris Ramos: una despedida manchada por la crítica | OneFootball

Tiempo de mercado. Momento de fichajes. Hora de dar bienvenidas para invitar a la ilusión, al entusiasmo. Y, aunque sea la parte menos amable de estos meses de fluctuaciones constantes, también de despedidas a veces demasiado amargas. Es innegable que algunas más que otras. Porque no todas contienen la misma carga emocional. La de Chris Ramos, que ha cruzado el Atlántico para sumarse a la plantilla del Botafogo, es una de esas que dejará una cicatriz muy definida.

Al menos, en el lado más sentimental, pero no en ambas direcciones. Porque lo que siempre ha quedado bastante claro es que ese cariño ha sido más por parte del propio futbolista a su afición y al Cádiz CF. Mucho más que del revés. Después de todo, el reconocimiento recibido por parte de los cadistas nunca ha estado a la altura del jugador. Al final, pocas cosas son incuestionables.

Todo, posiblemente, menos su implicación con la causa del equipo. No solo de cara a puerta. Marcó 10 goles esta última temporada en Segunda División. Para situarse como una absoluta referencia pocas veces recordada en la Tacita de Plata. Y, solo por eso, merecía al menos no salir por la puerta trasera.

Chris Ramos, un cadista de cuna

Aunque, más allá de esta aportación vital sin la que se habría complicado la permanencia en el fútbol profesional aún más, Chris Ramos ha demostrado prácticamente en cada ocasión que se le ha podido presentar, que es un cadista de cuna. Mediante el rechazo, por ejemplo, a ofertas de lo más atractivas que se le presentaron para mantenerse en Primera División. Superiores tanto en lo deportivo como en lo económico.

Así pasaron los trenes rumbo a Europa de Rayo Vallecano, Celta de Vigo y Real Betis. También de camino a Inglaterra, de la mano de un histórico del fútbol británico como es el West Bromwich Albion.

Trenes que, posiblemente, solo pasan una vez en la vida. Pero pocas veces sucumbió Chris Ramos a la tentativa de escapar de un barco que hacía aguas por todos lados. Tampoco las interpretaría después como oportunidades desaprovechadas. Más bien, como una demostración de fidelidad al equipo que siempre ha amado. Al equipo de su corazón. Y, a cambio, tan solo se ha encontrado con un aluvión de críticas por parte de buena parte del cadismo. Que, en una temporada de lo más desesperante para todos, ha cargado su frustración sobre uno de los pocos futbolistas que, precisamente, siente el escudo como pocos. Chris Ramos ha acabado pagando los platos rotos.

Otra operación fallida…una vez más

Lo más curioso es que la temporada finalizó con una intervención ante los medios por parte de Manuel Vizcaíno a modo de cierre un tanto grotesco.

Quedó, directamente, como el titular más recordado. De esos que envejecen mal con el tiempo. También llegó a hablar de “falta de hambre” de muchos miembros de la primera plantilla. Además de transmitir una desconexión total entre directiva y jugadores, estas palabras del presidente se entendieron como una clara llamada a la reestructuración. A hacer una limpieza profunda y, ciertamente, muy necesitada. Aunque, a este paso, todo apunta a que este trabajo quedará terminado a medias.

Solo basta con consultar rápidamente los movimientos que se han producido hasta ahora. Con el inicio de la temporada prácticamente asomando en el horizonte más cercano, tan solo se han anunciado las salidas de Iván Alejo, Matos, Melendo, Caro, Fede San Emeterio o Joseba Zaldúa. Además de un Víctor Chust que, aunque cometió errores como todos, no tenía colgada por nadie la etiqueta de descarte. O, al menos, no debía tenerla. Era el líder de la defensa. Aunque eso sería abrir otro melón con mucho trabajo de discusión por delante. Lo cierto es que, a esta lista, se suma el nombre de Chris Ramos.

Chris Ramos… ¿por qué?

Uno de los pocos que, precisamente, no debía estar ahí por más lecturas que pueda tener este traspaso desde una perspectiva puramente económica. Ni por liberar masa salarial, teniendo en cuenta que la suya es una de las más bajas de la plantilla. Ni por el pellizco que supondrá su venta para las arcas del club. Y es que, de los poco más de tres millones de los que se viene hablando como parte de una operación aún con detalles por concretar, una parte le corresponderá al CD Lugo en concepto de plusvalía.

En el caso de que este acuerdo no se respete, sería retratar todavía más la moralidad del club. Y de quienes lo manejan. El Cádiz CF no está para crearse enemigos. Aunque, incluso en el caso de que el importe íntegro fuese a parar a las oficinas del Nuevo Mirandilla, la situación no cambiaría en exceso. Tampoco es que desde la entidad se hayan demostrado conocimientos sobre cómo gestionar una economía.

No es de extrañar, por tanto, que los aficionados, con frecuencia, se pregunten cómo es posible que un equipo que ha competido cuatro de las últimas cinco temporadas en Primera División, pueda estar con el agua tan al cuello.

Una operación más que apunta a convertirse en insensatez

Tanto es así que hace poco más de un año, una vez consumado el descenso al escalón de plata, se vio en la imperiosa necesidad de deshacerse de una joya de su cantera de la manera más torpe y apresurada. Solo para poder así inscribir a los pocos fichajes que realizó durante el mercado de verano, antes del arranque de la competición. Ahora, el cadismo se lamenta al pensar en la gran proyección que le espera a Etta Eyong. Al tiempo que el delantero camerunés comienza a asomar la cabeza en el primer equipo del Villarreal CF.

Aún no ha explotado, pero ya se le califica como una operación totalmente fallida. Como, posiblemente, también ocurrirá en el caso de Chris Ramos. Que hizo prácticamente todo lo que pudo en un entorno nada favorable. Un entorno hostil, de mucha presión, que alcanzó un pico máximo con el enfrentamiento de algunos jugadores con la afición. No fue el caso del delantero gaditano que, a través de su conocida celebración, hizo del “Ver, oír y callar” su lema inquebrantable. Y, a pesar de mantenerse al margen, terminó convirtiéndose en una víctima más de una temporada que no fue fácil para nadie.

Cádiz pega el portazo y Brasil espera con los brazos abiertos

Ahora, Chris Ramos se marcha. Y lo hace, lamentablemente, con el título de ‘infravalorado’ bajo el brazo. Porque en Cádiz nunca se supo ver lo que, a miles de kilómetros, han detectado como una oportunidad de mercado. Lo hace a la tierra de la magia de Neymar Jr. El ‘jogo bonito’ de Pelé o la samba de Ronaldinho. A una liga en alza. Y a un equipo campeón.

Un equipo que alcanzó los octavos del Mundial de Clubes hace escasos meses, derrotando a todo un supercampeón de Europa como es el PSG de Luis Enrique. Aquel tanto, con el que el fútbol sudamericano dio un puñetazo sobre la mesa contra la hegemonía europea, lo marcó Igor Jesús. El delantero ha anunciado de forma reciente su fichaje por el Nottingham Forest de la Premier League a cambio de 13 millones de euros. Chris Ramos será su reemplazo.

En Brasil confían en él. Lo valoran. En Cádiz, por el contrario, no se puede decir lo mismo. Y lo peor de todo es que, si tan malo es Chris Ramos, es porque el que venga después será mucho mejor… ¿Y eso quién lo garantiza? En cualquier caso, si así fuera y su sucesor en el ataque del equipo demuestra mayor acierto, podrá ser considerado un mejor delantero. Pero nunca, jamás, como un cadista hasta la médula que defendió el escudo siempre como si fuera su tesoro más preciado. Con respeto y gallardía. Y que se dejó la piel por el club al que amamos todos los cadistas.