
La Galerna
·24 de marzo de 2025
Chaparrón de alegría madridista y femenina

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·24 de marzo de 2025
Buenos días, amigos. «Ya no llueve tanto», debió de pensar Toril mientras se empapaba bajo el chaparrón de alegría y agua que cayó al final del partido en Montjuic. El Real Madrid femenino había ganado por primera vez al Barça. Además, a domicilio. Como para no estar contentos.
Hasta ayer, la sección femenina de fútbol del Madrid había mostrado una marcha funcionarial diseñada y ejecutada para cumplir objetivos en sus primeros años de vida: afianzar el segundo puesto en liga, conseguir la clasificación para la UEFA Women's Champions League, etc. Lo que ocurre es que a la afición madridista eso le sabe a poco.
El Madrid femenino necesitaba una jornada como la de ayer para romper el techo de cristal que supone vencer al equipo que en España parecía invencible. Para quitar de en medio la piedra que tapaba el horizonte. Es un triunfo más importante por lo simbólico que por unos tres puntos que ni ponen en peligro el título liguero culé ni suponen mejora alguna en la situación clasificatoria vikinga. No obstante, no hay que perder de vista lo que escribe hoy el maestro Guasch en La Galerna: «El Madrid no se fundó para ganarle al Barcelona. ¿OK? OK».
Para saber cómo fue el partido en sí, lo mejor es leer la —nuevamente— excelente crónica de Fernando Alcalá-Zamora. Pero más allá de lo deportivo, ¿qué ocurre cuando el Madrid gana? Que se enfada el antimadridismo. Y ayer mucho más, porque no entraba en sus planes enfadarse, sino asistir a una nueva goleada blaugrana. Hasta la Balón de Oro Aitana Bonmatí realizó unas declaraciones plenas de suficiencia en la previa: «Creo que aún queda para que el Madrid nos gane». Qué poco conocen el funcionamiento del madridismo.
Respecto a la pataleta antimadridista —que ya sabéis que afecta a los rivales, a la mayoría de los medios y a hinchas diversos de distintos lugares, incluido algún señor de Cuenca muy del Atleti—, la sustentan en un gol anulado al Barça y en si entró o no el ya intrascendente tercer tanto blanco.
En el gol anulado braman porque no ven fuera de juego, pero callan la obstrucción de Graham sobre Yasmin que permite el remate libre de Jana.
El odio blanco les produce ceguera para ver lo obvio. La expresión de Mapi león representa a la perfección este sentimiento.
Llama la atención que para los medios tenga más relevancia un gol anulado al Barça que el comportamiento de la propia Mapi León con su compañera de profesión Daniela Caracas (no sabemos si también fueron dos toques). Pero claro, Mapi es culé y Caracas ¡del Espanyol! Nunca es el qué, sino el quién. Ah, la mayoría de los periodistas también han dedicado más tiempo a quejarse por este tanto anulado que a informar sobre que el Barça adulteró la competición durante décadas mediante le pago de millones de euros a Enríquez Negreira, vicepresidente de los árbitros. Cada uno sabe lo que ha de hacer para ganarse el pan.
El berrinche de los antis de esta semana es similar al que agarraron el otro día por los dos toques de Julián en el penalti. Y por penaltis se clasificó el escaparate del Barça, perdón, la selección, para la Final Four de la Nations League. Hecho que solaza hasta el éxtasis a la prensa.
Orgasmo periodístico superficial que les impide llevar a cabo su labor informativa: derraman en tierra con el pase a la fase final de este pseudotorneo, pero callan ante lo demencial que supone celebrar prórrogas en este calendario saturado a mayor gloria del bolsillo de los gerifaltes UEFOS y en detrimento de la salud de los jugadores. Todos sabemos que tienen sus motivos para comportarse así.
No fue la única prórroga de ayer, también tuvieron que aguantar una Portugal, Dinamarca, Croacia y Francia, este último, próximo rival de la selección. A los madridistas el tiempo extra que jugó España no nos preocupa, pues como es territorio vedado blanco solo afecta a nuestros rivales. De hecho, no habrían estado mal otras cuatro y cinco prórrogas. La guinda del pastel habría sido que Baena hubiese fallado un penalti por doble toque, pero no queremos abusar del destino, nos conformamos con seguir ganando Champions como si no hubiera mañana.
Cambiamos de tercio para comentar una exclusiva de Esteban Urreiztieta en El Mundo: «La Federación Española manipuló las puntuaciones de las sedes del Mundial 2030 para dejar fuera a Vigo y meter a Anoeta. EL MUNDO revela las dos evaluaciones secretas en las que eligió y eliminó a Balaídos en apenas 48 horas en junio de 2024».
Como bien apunta el galernauta Fed Gwynne, la RFEF hizo un Negreira y utilizó el índice «corruptor» del mismo modo que lo utilizaba para ascender, descender e internacionalizar a los árbitros y de ese modo mostrar la senda que debían seguir.
Tampoco nos extraña, la verdad, lo que uno puede encontrar en la putrefacta RFEF es similar a lo que uno puede hallar dentro de una fosa séptica. Pero no os preocupéis, que al final de esto también tendrá la culpa el Madrid.
Aunque durante la confección de este portanálisis no ha llovido, nos despedimos empapados por este chaparrón de alegría madridista y femenina.
Pasad un buen día.