
En un momento dado
·25 de septiembre de 2023
Carrilero contra lateral

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·25 de septiembre de 2023
A pesar del estigma de ser esquemas de especial calado defensivo, cuya principal razón de ser es la incorporación de un zaguero más para ganar presencia en área propia y reducir las distancias entre los integrantes de la línea, las propuestas que juntan a tres centrales y dos carrileros vienen gozando de una notable popularidad en la era de las salidas desde atrás y las presiones adelantadas. Para lo primero activan de forma automática un primer escalón de tres futbolistas sin necesidad de renunciar a la amplitud del lateral o de retrasar la altura de uno de los centrocampistas, y además acortan la separación entre las piezas implicadas en el inicio de la jugada ganando seguridad en el envío corto ante oponentes cada vez más agresivos y eficientes buscando el robo adelantado. Sin embargo, es en la presión, rasgo distintivo y decisivo en el análisis de buena parte de los equipos y partidos que copan actualmente el fútbol de primer nivel, donde ha encontrado su contexto más favorecedor, ya que permite los emparejamientos hombre a hombre contra una defensa de cuatro de forma más natural: “Para mí, en la presión hombre a hombre este dibujo es el mejor. Cuando juegas con una defensa de cuatro, alguno de los laterales tiene que ir demasiado arriba y a veces es difícil compensarlo. Con este esquema no. Con este esquema tienes a los dos laterales arriba y detrás a los tres centrales. Y si necesitas alguna ayuda, los centrocampistas se pueden sumar porque la distancia es más corta. Si vas a apretar hombre a hombre, como hacen ahora muchos equipos, este es el sistema más compensado“.
Los sistemas con tres centrales y dos carrileros son también una forma de hacer dudar al contrario. De romperle los esquemas, nunca mejor dicho. Hacer dudar al rival es uno de los principales objetivos de cualquier equipo, y explicación de muchas de las estrategias que los entrenadores ponen en práctica. A propósito del falso nueve, por ejemplo, Gerard Autet, que lo sufrió jugando con el Sporting de Gijón contra el Barça de Guardiola y Messi, comentaba lo siguiente: “El falso nueve era muy nuevo. Te hacía dudar entre salir o no salir. Por delante tu pivote tenía que encargarse de los dos interiores del Barça, y por detrás aparecía Eto’o que podía fijar más a los centrales. Pensabas: si salgo, dejo la defensa muy desprotegida“. Sobre la fórmula de interiorizar a los laterales vistiéndolos, con balón, casi como un centrocampista más, por su parte Ander Herrera defendía que “eso al extremo o a los centrocampistas del equipo rival les hace dudar mucho, porque no saben si ir o no ir. Normalmente los extremos van a presionar a los laterales, pero, claro, si no tienes lateral al que presionar porque se está metiendo para dentro…“. Y este mismo fin de semana Pep Guardiola explicaba así la importancia de contar con centrocampistas de mucha capacidad para conducir el balón: “Cuando atacas la siguiente línea, Haaland, Julián, Foden… los delanteros quedan libres. Cuando un jugador avanza con el balón, el defensa tiene que decidir si ir a por la pelota o quedarse con el delantero“.
Una de las principales dudas que plantean al contrario los esquemas con tres centrales es la gestión defensiva del duelo entre laterales y carrileros. Estos últimos no son ni el lateral del que, por norma, debería hacerse cargo el extremo, ni el extremo del que debería responsabilizarse el lateral, y en ese punto intermedio, en la duda, cimentan una de sus grandes ventajas. Este semana hemos tenido dos ejemplos claros en los enfrentamientos de FC Barcelona y Real Madrid contra el Celta de Vigo y el Atlético de Madrid. Merengues y culers defendían con línea de cuatro a dos adversarios que utilizaban una estructura de tres centrales más carrileros, y en ambos casos se reprodujo una situación de partido muy parecida, con los laterales saliendo a apretar a los carrileros rivales y abriendo agujero entre su posición y la del central más próximo. Más presionante y en campo rival en el caso del Barça, con Marcos Alonso encimando a Mingueza muy lejos de Christensen y permitiendo así la salida del Celta cortando con Bamba a la espalda del lateral culer con movimientos de dentro a fuera desde el interior (Imagen abajo a la izquierda); y más localizado en campo propio en el caso del cuadro de Ancelotti, con Lucas Vázquez saltando sobre Samu Lino abriendo la puerta a los desmarques de Saúl entre Rüdiger y el lateral madridista (Imagen abajo a la derecha). Atacando la espalda de Lucas, sacando hacia la banda al alemán y aclarando el duelo aéreo de Morata contra Alaba y Fran García que a la postre le dio el derbi a los de Simeone.
– Foto: Gonzalo Arroyo Moreno/Getty Images