Carlos Coronel habló sobre su excompañero de equipo, el "Androide" Erling Haaland | OneFootball

El arquero recientemente nacionalizado paraguayo y que será convocado para los primeros partidos de la "Albirroja" en las Eliminatorias, Carlos Coronel, habló sobre una estrella actual del fútbol mundial y que en el pasado fue su compañero de equipo, el "Androide" Erling Haaland.

En una entrevista para la cadena ESPN, Coronel comentó cómo fue haber compartido equipo con el astro noruego y se explayó sobre la evolución que sostuvo mientras eran compañeros en el Red Bull Salzburgo.

Evolución del "Androide"

"Para cualquiera que vea a Haaland a diario, no le sorprendería el nivel que alcanzó. Porque trabaja duro y se cuida", arrancó comentando el nuevo arquero guaraní.

Coronel no solo se quedó ahí, ya que habló sobre la llamativa evolución que tuvo el "Androide", desde que llegó al Salzburgo, hasta cuando salió para irse al Borussia Dortmund, donde finalmente saltó a la fama mundial.

"Al principio le costaba cabecear el balón, vimos a un tipo tan alto, de 1,94 metros, que no podía cabecear, tenía mucha fuerza para rematar, pero no tenía mucha dirección. En un año, la gente ya lo reconocía, era completamente diferente. Hacía goles de cabeza, de derecha, de izquierda, sorprendió a todos en muy poco tiempo, tuvo una gran evolución", recordó el portero recientemente nacionalizado paraguayo.

Encuentros con Haaland en los entrenamientos

El arquero del New York Red Bulls, destacó que Haaland siempre lo da todo en cada entrenamiento y hasta apostaba con sus compañeros delanteros en base a los goles anotados al final de los encuentros.

"Cuando íbamos uno contra otro, el daba el 100% y cuando me tenía mano a mano, pateaba siempre al ángulo. Haaland apostaba con otros atacantes, el que hacía menos goles, pagaba la cena y limpiaba el botín al otro", mencionó.

Personalidad reservada

Sobre la personalidad que "maneja" el ariete noruego, Coronel mencionó que es muy reservado, pero, al final de su paso en el equipo austríaco, se relajó un poco más.

"Era muy tranquilo, a su manera y más callado. Siempre interactuaba cuando hablabas con él, pero tenía momentos más reservados y no era muy hablador. Había que buscar contacto con él. Al final de su paso por el Salzburgo, estaba más relajado", explicó Coronel.