Agente Libre Digital
·11 de noviembre de 2024
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Ni el tifosi romano más pesimista se imaginaba esta situación. El panorama que está viviendo la Roma es cuanto menos infernal ya que ha pasado de jugar finales europeas e incluso ganarlas como la Conference League en 2022 a estar ahora mismo a cuatro puntos del descenso a la Serie B. De entre los muchos culpables de este período convulso, los que más cabreados tienen a la hinchada de la Loba son la familia Friedkin.
Gianluca Mancini y Leandro Paredes, decepcionados por la derrota contra el Bologna. Fuente: Paolo Bruno/Getty Images.
El despido de entrenadores a Ivan Juric y a un ícono de la casa como es Daniele de Rossi además de tener rifirrafes con la antiguo CEO del club Lina Souloukou hacen que el ambiente de crispación en la Ciudad Capitolina sea de lo más tenso. Entre dichos problemas se suman los encontronazos con jugadores como Zalewski o el recién llegado Hummels y los pobres resultados que han tenido como consecuencia que la afición giallorossi pida urgentemente la cabeza de los propietarios estadounidenses ante el caos y tensión generado en Roma.
Pese a quedar todavía mucha temporada por delante, el panorama es cuanto menos halagüeño. El objetivo que tendrá por delante el equipo es remontar el vuelo con un nuevo entrenador que está siendo buscado por la directiva. Tal es la desesperación actual que se contempla la posibilidad de que retorne el despedido De Rossi o tener de técnico a un antiguo jugador exitoso de la Lazio como es Roberto Mancini.
Tanto los hinchas que vivieron la época de Conti, Di Bartolomei o Pruzzo hasta los actuales que han visto a Francesco Totti o Aldair se les parte el alma ver al equipo de sus amores sufrir la humillación y el caos que está viviendo actualmente la entidad giallorossi.
Autor del artículo: Marcos Iglesias Rodríguez.