Canto de gol: las maneras | OneFootball

Acaba de conmemorarse un nuevo 8 de marzo, fecha en la que mundialmente se denuncia la constante desventaja de las mujeres y el menosprecio por sus derechos y habilidades. Millonarios es un claro y vivo ejemplo.

En una jornada que se emulará el próximo domingo en el Campín con turnos invertidos, a primera hora las Embajadoras jugaron en Itagüí contra el líder de la Liga Femenina, seguidas por los dirigidos por David González enfrentando a un Junior que era séptimo de la tabla, debajo de ellos.

Dos caídas por la mínima diferencia para los oncenos profesionales de Millonarios. Pero las maneras en las que se dieron las derrotas fueron tan distantes como lo estuvimos los miembros de este equipo de Mundo Millos en Ditaires, Barranquilla y nuestro estudio en Bogotá.

Las maneras en el estadio paisa: una jugadora menos desde el minuto 42. Una portera que estuvo a punto de ser sustituida dos veces por arriesgar su humanidad en un mano a mano. Un rival que a pesar de ser primero en la tabla se vio sorprendido por un Millonarios que le jugó de igual a igual. Una desventaja de 10 contra 11 que en el 50% del complementario no se sintió. Y un grupo de jugadoras que, contra la marea de ese desnivel y el gol en contra, nunca paró de luchar por llegar al empate y quedaron lesionadas, agotadas sobre el césped y molestas, sin querer dar declaraciones.

Las maneras del equipo masculino: un solo disparo al arco -EL PENAL. Malas entregas y desidia en la cancha. Múltiples salvadas del portero que nos ahorró una catástrofe. Creativos sin creación, valga toda la intencional redundancia. Cambios de jugadores que, con el pésimo nivel mostrado, justifican su constante suplencia o que hayan sido sacados en el mismo tiempo en el que ingresaron. Fútbol sin alma, sin sangre, sin vergüenza. Un nivel horripilante.

Las maneras en el fútbol cambian la perspectiva frente a una victoria o una derrota. Y mientras la profesora Angie Vega se quedó con este servidor en la zona técnica, con el estadio ya vacío, disfónica y desahogando su ira y su frustración por la forma exasperante como se nos han ido los puntos en la Liga Femenina, el profesor González le echa la culpa a la jugada de un penal en contra que repitió «3-4 veces» pero no a su grupo de muertos que deambula con una camiseta que no han podido ni querido hacer respetar.

El fútbol femenino y la abismal diferencia de condiciones es un ejemplo vivo de por qué móviles como el #8M se mantienen vigentes y justificados. Y Millonarios sí que lo ejemplifica aún más. Porque mientras las Embajadoras lo dejan todo en todos los partidos y son felicitadas por la prensa rival, hay hombres en el grupo de González que ni pasar un balón pueden. Ganan mucho más. Tienen contratos más estables. Y les importa una reverenda mierda todo lo que la hinchada sacrifica por ellos.

El canto de gol para acompañar esta columna es ‘Reptilia’ de la banda The Strokes:

🔗 Spotify

Carlos Martínez Rojas@ultrabogotano