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·6 de agosto de 2024
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·6 de agosto de 2024
Brasil vence con comodidad (4-2) a la España de Montse Tomé. Horrible partido de vigente campeona del mundo. El doblete de Salma, única nota positiva. El viernes, ante Alemania, duelo por el bronce.
La noche marsellesa no empezó de la mejor manera y finalizó aún peor. Desde el inicio de la semifinal, todo se torció. El primer sopapo, y no tardó en llegar, fue directo al mentón. En una salida de balón cómoda, Cata Coll pecó de exceso de confianza. La guardameta golpeó mal el esférico, este tocó en Irene Paredes, y de la forma más incomprensible, Brasil tomó ventaja en el marcador. Un error de bulto.
El jarro de agua fría dejó tocadas a las nuestras. Como resultado de ese bajón anímico, Ludmila tuvo en sus botas ampliar la diferencia, pero afortunadamente, su disparo salió por encima del larguero. Cada ataque carioca era un dolor de cabeza para las pupilas de Montse Tomé. En el enésimo balón al espacio, Ludmila volvió a perdonar, aunque esta vez, todo el crédito se lo llevó la gran intervención de Cata. Una pesadilla.
Gaby Portilho anota el segundo gol de Brasil. Fuente: Onefootball.
Brasil estaba muy cómoda sobre el verde del Velodrome. Gaby Portilho causaba estragos en la banda de Olga Carmona y la agonía no cesaba. Había que amenazar. Demostrar la valía de una selección que ha superado todo tipo de adversidades en este ciclo olímpico. ¿Quién lideró esa rebelión? La capitana, la de siempre, Jennifer Hermoso. Con su espíritu competitivo habitual, Jenni se sacó de la chistera un zapatazo que Lorena mandó a córner.
Los desbarajustes de la retaguardia española se sucedían uno detrás de otro. Demasiadas facilidades. Solo la falta de puntería de la ‘Verdeamarela’ mantuvo con vida a una España irreconocible. Nuestro gozo en un pozo. Las sensaciones eran tan malas que Gabi Portilho, al filo del entretiempo, libre de marca, duplicó la superioridad sudamericana en el electrónico. España volvía a estar al borde del abismo.
Tras el paso por vestuarios, como era de esperar, Tomé tomó cartas en el asunto. Oihane y Athenea sustituyeron a Eva Navarro y Olga Carmona. Los cambios no surgieron efecto y Brasil estuvo a escasos centímetros de sellar su billete a la final olímpica. Únicamente la épica podía salvar los muebles de un irreparable destino.
El combinado carioca se replegó con el objetivo de aguantar la renta. Aunque la selección española llegaba, la falta de ideas y de creatividad en los últimos metros, impedía dañar a la zaga brasileña. En un contragolpe fulgurante y tras una serie de rebotes, Adriana cavó la tumba de la campeona del mundo. El descalabro estaba siendo de época.
Sin soluciones desde el banquillo. Sin respuesta en el campo. España era una sombra de lo que fue en aquel Mundial de Australia y Nueva Zelanda. La reacción llegó demasiado tarde. Salma acortó diferencias con un gran cabezazo, Alexia ilusionó con un trallazo que se topó con el travesaño y Kerolin sepultó ese atisbo de remontada. Simplemente, no era el día.
La colegiada mexicana añadió 15 minutos más a la semifinal. Un cuarto de hora que se iba a hacer eterno. Ni siquiera el doblete de Salma sirvió para lavar la imagen. No es momento para lamentaciones. Hay que analizar y corregir. El oro no es posible, el bronce sí. El viernes, ante Alemania, se evaluará la resiliencia de este combinado. El bronce es una «obligación».
Goles: Irene Paredes 5′ (pp); Gabi Portilho 48′; Adriana 70′; Salma Paralluelo 84′; Kerolin 90′; Salma 90+12′.
Estadio: Velodrome (Marsella)
XI España: Cata Coll; Ona Batlle; Laia Codina (Alexia 76′); Irene Paredes (Laia Alexandri 51′); Olga Carmona (Oihane Hernández 45′) Teresa Abelleira (Patri Guijarro 64′); Aitana Bonmatí; Jennifer Hermoso; Mariona Caldentey; Salma Paralluelo; Eva Navarro (Athenea 45′).
XI Brasil: Lorena; Lauren; Tarciane; Thaís Ferreira; Ludmila; Yasmin; Angelina; Yayá; Jhennifer; Priscila; Gabi Portilho.
Árbitra: Katia Itzel García Mendoza.