El Rincón de la Real
·25 de febrero de 2020
Becerril, un nuevo miembro en la familia

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·25 de febrero de 2020
La resaca de este fin de semana ha sido dura, pero todo lo disfrutado el sábado compensa de sobra el dolor de cabeza del domingo. La victoria por tres a cero al Valencia en carnaval era motivo suficiente para celebración, pero quienes hicieron del sábado un día realmente especial para la parroquia txuri-urdin fueron los 500 visitantes de Becerril de Campos, un humilde pueblo palentino de 750 habitantes que demostró ser enorme.
Pocos guipuzcoanos quedan ya que no conozcan al CD Becerril, que se enfrentó a la Real Sociedad en Copa del Rey y que cuyo impecable comportamiento hizo que el club donostiarra invitara a todo el pueblo a pasar un día en San Sebastián y disfrutar de un partido en Anoeta, con los gastos pagados. Algo especial debía tener esta pequeña localidad para que Jokin Aperribay se decidiera invitarlos a todos al templo txuri-urdin y una sola jornada en la capital guipuzcoana sirvió para confirmarlo.
Lo que parecía que sería un día inolvidable para Becerril se convirtió también en una fecha para el recuerdo de la afición realista. Desde primera hora de la mañana el color morado del conjunto palentino inundó las calles de Donostia. Los 500 aficionados recorrieron la ciudad entonando cánticos tanto del Becerril como de la Real Sociedad, atreviéndose incluso con canciones en euskera. El ambiente fue inmejorable durante toda la previa, acompañaron a la afición txuri-urdin hasta el estadio, intercambiaron conversaciones en las terrazas de los bares y se deshicieron en elogios hacia la ciudad y la Real Sociedad en cada una de las entrevistas que concedieron a los medios de comunicación, siempre con una sonrisa en la cara.
Llegó el plato fuerte y el aliento de los 500 aficionados del Becerril empujó a la Real durante todo el encuentro. Disfrutaron e hicieron disfrutar a los locales. Después de sumarse a los cantos txuri-urdines a lo largo del partido, fueron los donostiarras quienes se animaron a grito de “¡Becerril! ¡Becerril!” y “¡que bote Becerril”. Los palentinos consiguieron incluso que el estadio al completo hiciera la ola. La Real Sociedad iba por delante en el marcador y estaba a punto de sumar tres puntos importantísimos, pero el foco de atención estaba en la esquina teñida de color lila en la que estaba prácticamente todo el pueblo de Becerril, nadie quería que la fiesta terminara.
Todos pensábamos que esta podría ser una oportunidad preciosa para sumar a la familia realista a los 500 aficionados y futbolistas del Becerril, pero nadie esperaba que 190.000 donostiarras se hicieran también seguidores del conjunto palentino. ¡Siempre seréis bienvenidos!
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