Bayern impone su ley: Boca muerde, pero no muerde suficiente | OneFootball

Históricamente, la vieja Copa Intercontinental ofrecía un atractivo equilibrio entre la UEFA y la CONMEBOL. No había favoritos claros. En esta nueva versión, llamada Mundial de Clubes, los sudamericanos venían sacando pecho. Más frescos por estar en pleno curso local, acumulaban nueve partidos sin perder. Pero en el décimo apareció el Bayern y su inconfundible instinto competitivo, ese que le permite imponerse tanto por talento como por carácter.

Y fue precisamente con ambas armas como venció el conjunto alemán. Fue ampliamente superior a Boca en los primeros 45 minutos y, cuando el encuentro se volvió áspero, tiró de ese gen que lo convierte en un gigante incluso en la dificultad. Con Kane ejerciendo de goleador y Olise actuando de salvavidas tras el empate de Merentiel, el Bayern dejó claro que este torneo le importa —y mucho—.

Victoria del Bayern Múnich, que ya se metió en octavos. Derrota de Boca, que ahora necesita golear con contundencia al Auckland City —un equipo que ha encajado 16 goles en solo dos partidos— para seguir soñando. Fue un partido con dos caras y muy cambiante en la segunda parte.

Porque en la primera mitad, los alemanes exhibieron una superioridad evidente, marcando la distancia abismal entre ambas plantillas. El Bayern se lució con su juego por bandas y su variedad de recursos. En Boca cuesta encontrar figuras. El escudo y el aliento del público son monumentales, pero el equipo transmite poco. Un tanto, otro olímpico anulado por el VAR y varias acciones salvadas por un gran Marchesín fueron mucho más que el 1-0 con el que se fueron al descanso, pese a un par de potentes remates de Zenón que inquietaron a Neuer.

Dos formas de ser ‘9’

El entretiempo inyectó energía a Boca, no tanto en las piernas como en el espíritu. Subieron líneas, presionaron más y aumentaron su intensidad frente a un Bayern algo desordenado tras los cambios. Entonces apareció Merentiel.

Demostró que ser delantero se puede interpretar de maneras distintas. Kane, con su primer gol en este Mundial de Clubes —el número 39 de su temporada—, dejó claro que el área es su territorio. Estuvo atento al rebote, controló con calma y definió con precisión zurda. Merentiel, en cambio, brilló con un desmarque brillante para recibir un pase largo de Alan Velasco. Como si lo empujaran al agua a nadar solo, salió del paso con un autopase sensacional ante Stanisic y Tah y, cara a cara con Neuer, definió con frialdad.

Ese 1-1, en ese preciso instante, parecía inamovible. Boca se había plantado a la altura del reto. Musiala, que acababa de entrar, se lesionó y nadie tomaba el mando del encuentro. Hasta que una jugada caótica en el área argentina dejó el balón en los pies de Kane. Este, con visión de juego, vio a Olise, que apareció por detrás y definió con clase al segundo palo.

En el primer tiempo, todo el arsenal del Bayern solo sirvió para marcar una vez. En el segundo, la telaraña defensiva de Boca parecía ser suficiente para mantener viva la racha de los sudamericanos en el torneo. Pero Olise se encargó de demostrar que este Bayern está hecho de acero templado. Y con su gol, dejó al equipo argentino casi haciendo las maletas de regreso, aunque con la frente en alto.