Barcelona 3-1 Napoli: Frenkie De Jong, el rey de la fiesta | OneFootball

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El Nueve y Medio

·8 de agosto de 2020

Barcelona 3-1 Napoli: Frenkie De Jong, el rey de la fiesta

Imagen del artículo:Barcelona 3-1 Napoli: Frenkie De Jong, el rey de la fiesta

Hay momentos que se hacen esperar, que se desean con ansias y codicia, pero que no parecen llegar. La temporada de Frenkie De Jong no ha seguido el rumbo esperado. Su flamante año en Ámsterdam le hizo fichar por el Barça siendo uno de los jugadores más esperados por la parroquia culé. Su variante posición, sus altibajos en el rendimiento y sus problemas físicos nos han impedido ver al elegante tulipán en su esplendor.

El encuentro de hoy es un atisbo de esperanza para muchos que le queremos ver relucir cada fin de semana. El Fútbol Club Barcelona venció por 3-1 y pasó a los cuartos de final contra un Napoli flojo y con ciertas carencias que han acabado sentenciando la eliminatoria.


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En el XI de ambos conjuntos había novedades. Insigne entraba después de parecer casi descartada su aparición y el holandés volvía a los terrenos de juego meses después de su lesión. Su rol iba a ser crucial en un encuentro en el que había una ausencia clara: Sergio Busquets. El conjunto catalán saltó al campo con dos interiores de base, que buscan siempre ver el juego de cara y no se sienten cómodos entre líneas.

Era la noche de De Jong para reivindicarse, para demostrar que tenía cabida en el sistema que Quique Setién llevaba amasando desde las últimas jornadas de liga.

En ataque, el Barça desplegaba a sus laterales con mucha altura y ambos interiores lateralizaban su posición, pero por encima de los centrales. Siempre viendo el juego de cara, buscando potenciar las virtudes de un Frenkie desmelenado. Fue opción de pase de esta primera línea para progresar en conducción o poder encontrar al siguiente escalón mediante el envío corto, pero en una altura superior a la defensa. Los movimientos de ambos interiores eran buenos. Además, si Griezmann o Messi descendían, inmediatamente buscaban ocupar el espacio que liberaban y compensar el descenso. Este factor permitía que ambos astros culés tuvieran cercanos por delante suyo con los que contactar y seguir avanzando.

A este planteamiento, se sumó un mal bloque medio del Napoli. Los interiores de Gattuso acostumbran a lanzar presiones sobre el poseedor de primera línea, siempre evitando que se agrandaran intervalos y que el espacio que sueltan no esté desprotegido. El día de hoy, nada más lejos de la realidad. Los acosos de Fabián y Zielinski no fueron buenos. Eran pasivos, excesivamente frontales (con un simple movimiento del receptor a espaldas suyo se creaba la línea de pase) e inofensivos. Los pases filtrados a Messi y Griezmann llegaron de manera constante. Ambos se movían a espalda de la línea de medios, con mucho intercambio de posiciones y buscando recibir en estos intervalos abiertos.

A todo esto, se añadió el partido de Frenkie De Jong a la cara y a la espalda de la línea de medios; rozó los límites de perfección. Picando a espaldas de acoso, siendo siempre una solución cercana para poseedor en el sector izquierdo, teniendo en mente progresar como idea principal, filtrando, conduciendo, superando y dejando toques sublimes.

Frenkie De Jong recordó a aquel bisoño y elegante centrocampista que enamoró al viejo continente.

El elenco partenopeo, por su parte, siguió presentando esa ausencia de mecanismos y movimientos en ataque elaborado. Se conseguía avanzar por sinergias y por cantidad más que por calidad. La contienda acabó 3-1 con Piqué y Lenglet sacando centros laterales hacia Milik. Un buena metáfora de lo que fue el segundo tiempo.

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