Barcelona 2-8 Bayern: Thiago y Müller en el histórico caos culé | OneFootball

Barcelona 2-8 Bayern: Thiago y Müller en el histórico caos culé | OneFootball

Icon: El Nueve y Medio

El Nueve y Medio

·15 de agosto de 2020

Barcelona 2-8 Bayern: Thiago y Müller en el histórico caos culé

Imagen del artículo:Barcelona 2-8 Bayern: Thiago y Müller en el histórico caos culé

La Copa de Europa despierta las pasiones más profundas del futbol. Como tiene a unos  en la cima, a otros los deja tocando fondo. En una edición atípica dentro de un año de ficción, las emociones, las victorias y derrotas han cobrado una nueva dimensión. El torneo que tanto premia los aciertos, también castiga los errores al máximo. Poco importa que sean grandes o pequeños, que sean nuevos o de mucho tiempo atrás. La Champions cobra todo con intereses. Hoy fue el turno del Futbol Club Barcelona en un caótico e histórico 2-8 ante el Bayern Múnich.

Imagen del artículo:Barcelona 2-8 Bayern: Thiago y Müller en el histórico caos culé

Müller, Perišić, Gnabry, Kimmich, Lewandowski y Coutinho se encargaron de ponerle los clavos al ataúd del Barça esta noche en Lisboa. Ocho goles, seis anotadores diferentes, una línea defensiva muy adelantada, la presión alta, constantes seguidillas de errores, Thiago Alcántara con Thomas Müller y un conjunto culé que no pudo competir por más de 20 minutos marcaron el rumbo de la debacle.


OneFootball Videos


Los Bávaros concretaron una de las más grandes humillaciones en la historia de la Champions League. El Barcelona no encajaba 8 goles en un partido desde 1946, en Copa del Rey contra Sevilla (8-0)

Consciente de su inferioridad, Quique Setién decidió dibujar un 4-4-2 que, de inicio y por nombres, parecía darle a los suyos un mejor soporte en el campo. Así, los catalanes comenzaron su viaje por unos minutos turbulentos donde no pudieron evitar encajar primero.

Un aviso con Sergi Roberto y Arturo Vidal por las bandas vino acompañado de robos posteriores en el medio campo que acabaron en transiciones bávaras. Mientras los blaugranas buscaban juntarse en posicional, el pasajero bloque medio contrario generó esas pérdidas que fueron perfectamente aprovechadas. Entonces, los germanos pegaron primero.

La situación se inclinó apenas al minuto cuatro con Robert Lewandowski en el área. Pivotando y absorbiendo el choque de Frenkie de Jong, el polaco asistió a Thomas Müller (gran pared) tras una larga escapada de Gnabry y Perišić por la espalda de Semedo. A partir de ese momento, el Bayern ya estaba imprimiendo el ritmo y dejando claro que las revoluciones bajas se pagarían caro.

Sin embargo, el Barça pudo encontrar algún resquicio de estabilidad en el partido a partir de Jordi Alba y Lionel Messi. El lateral empezó a volverse el único argumento de velocidad y ruptura en el ataque. A ello, se sumó que el Bayern presentó una línea defensiva sumamente adelantada que, contrario a lo que hace en sus mejores días, controló mal su profundidad. Por su parte, el ’10’ argentino, durante los primeros 20 minutos, intimidó, lanzando y conduciendo, desde el carril derecho.

Imagen del artículo:Barcelona 2-8 Bayern: Thiago y Müller en el histórico caos culé

El empate blaugrana cayó apenas tres minutos después. Clément Lenglet rompió el ritmo plomizo del ataque posicional y lanzó a Alba a la espalda de Joshua Kimmich. La zaga teutona también estuvo imprecisa en el timing para achicar y salir o volver atrás. Eso hizo posible la carrera del zurdo para que pusiese un servicio que David Alaba acabó empujando en propia meta.

Lo que nadie esperaba era la ráfaga de golpes bávaros tras tres ocasiones claras del Barcelona (una de Suárez y dos de Messi). Para el Bayern todo fue posible a través de su presión y la incapacidad catalana para igualar el ritmo y encontrar soluciones ante el acoso rival. Los de Hans-Dieter Flick estaban destrozando en el resultado a un Barcelona que, hasta el 3-1 de Gnabry, había sumado las mismas ocasiones.

“Las pérdidas de Sergio Busquets en el 1-0, Sergi Roberto en el 2-1 y Semedo en el 4-1, condenaron a un Barcelona que tuvo hasta en tres oportunidades el 2-1”

Imagen del artículo:Barcelona 2-8 Bayern: Thiago y Müller en el histórico caos culé

La presión alta rival con vigilancias individuales de los alemanes les permitió ganar todo el terreno que quisieron y controlar a los “internos”. Al defender tan arriba y apretar con todos los hombres del medio referenciados, el equipo culé acabó consumido por el buen ejercicio de pressing del campeón germano.

Aunque las rotaciones en el frente ofensivo eran constantes (Perišić y en especial Gnabry tuvieron mucha libertad), cada uno tuvo a su par y nunca lo soltó. Tras aquel desmarque de Alba, la tensión competitiva se terminó y los embates teutones llegaron a raudales.

Imagen del artículo:Barcelona 2-8 Bayern: Thiago y Müller en el histórico caos culé

Pasados los primeros 20 minutos, el Bayern martilló hasta el cansancio al Barcelona. Al 21′, Gnabry asistió de forma fenomenal a Ivan Perišić en el 1-2. Seis minutos más tarde, el propio Serge hizo el tercero con un pase grandioso de Leon Goretzka.

Para el 31′, Müller volvió a vencer a ter Stegen cortesía de Joshua Kimmich, tras una desatención de Semedo en la derecha (Lewandowski le roba el esférico). 10 minutos después haberse ido abajo en el marcador, los culés se habían desmoronado por completo. Pero aún faltaba lo peor.

La inercia generada por el cuadro bávaro, lo superlativo de su ritmo y una presión incesante mantuvieron todo más cerca de una catástrofe como la que acontecería al final. Aún así, un nuevo lanzamiento sobre Jordi Alba -esta vez de parte de Messi- dio un poco de esperanza y acabó en un gol anecdótico de Luis Suárez al 57′. El Barcelona ya sólo flotaba por el partido, incluso en aquel tanto accidental del uruguayo.

Todo se quebró después. En ello, Thiago y Thomas tuvieron toda la responsabilidad.

Al ver el 2-4 en la pizarra, los muniqueses apretaron el acelerador. Cuatro anotaciones más estaban por caer en un contexto de hecatombe total para los dirigidos por Quique Setién. El ritmo seguía sin negociarse, y las imprecisiones también.

Allí, Thiago se confirmó como amo y señor del partido. No sólo dirigía a los suyos en campo rival. Encima, dejó pases lujosos que siempre encontraron destino seguro. 84 intervenciones, 71/74 pases precisos, 100% de envíos largos correctos (cinco) y un extenso control del centro del campo lo explican a la perfección. Organizaba, conectaba entre líneas y daba todo el soporte a un Leon Goretzka que dominó en duelos individuales (5/8 a nivel de césped) y tiranizó la contrapresión.

A la par, Thomas Müller castigó cuanto quiso la espalda de Sergio Busquets y Frenkie De Jong. Allí, generó incontables problemas en intermedias a una defensa que ya no sabía de dónde llegaba la tormenta. Su interpretación y sensibilidad lo llevaron a destrozar la frontal con autoridad; dejó cinco pases clave y produjo todas las dudas posibles a los centrales blaugranas.

De pronto, cuando Alphonso Davies sembró a Arturo Vidal en el medio campo y mareó a Nélson Semedo en la izquierda, el futbol dejó de verse real. Apenas caía el 2-5 al 63′, pero el encuentro ya pareció más una partida de videojuego desde ese momento.

La sangre ya corría por el campo del Estádio da Luz. Era inevitable. Los fantasmas del pasado culé habían llegado y se apoderaron de todo. Por si algo más hacía falta, Coutinho ingresó desde el banquillo para saludar a sus ex compañeros.

En aires de revancha y sumado al hambre inmensa del Bayern, Philippe se hizo pesar en el carnaval defensivo del encuentro con doblete y asistencia. Junto a Robert Lewandowski, el brasileño se encargó de finiquitar el partido eliminatorio con más goles (10) en la historia de la Copa de Europa. Sin tanto brillo, el Bayern aplastó a todo Barcelona. Ahora, sólo está a dos pasos de un nuevo triplete. No se sabe si alguien podrá detenerlo.

La Champions premió al más duro. También se hizo la victimaria de una generación que lo ganó todo, pero llegó a su fin este día en Lisboa.

Ver detalles de la publicación