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·15 de junio de 2025
Atlético de Madrid-Paris Saint-Germain: esto arranca

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·15 de junio de 2025
El Atlético de Madrid debuta esta noche en el nuevo Mundial de Clubes frente al Paris Saint-Germain. No es un partido más. No lo es para un equipo que ha construido su identidad a base de resistencias, de noches grandes contra gigantes, y que ahora tiene la oportunidad de demostrar que puede hacerse hueco también en el nuevo orden del fútbol mundial.
El torneo, que por primera vez reúne a 32 equipos en formato de Copa del Mundo, promete cambiar el panorama de las competiciones internacionales. Y en ese mapa, el Atlético se presenta como uno de esos equipos que nunca parte como favorito pero que siempre termina siendo protagonista.
Para los de Diego Simeone, el encuentro supone un nuevo capítulo en su relato de lucha. Llega tras una temporada compleja en LaLiga, con altibajos en el juego, pero con la sensación de que en el escenario internacional el equipo se crece. Enfrente, el Paris Saint-Germain, flamante campeón de Europa, con una plantilla cargada de talento y con la ambición de coronarse como el mejor equipo del planeta. Pero si hay algo que el Atlético ha aprendido en los últimos años es a no temerle a nadie. Y mucho menos al PSG, al que ya venció hace unos meses en Champions.
Simeone en la sesión de fotos del Mundial
“En el Mundial todos somos visitantes”, dijo Simeone en la previa. Y tenía razón. En Pasadena, ante casi 90.000 espectadores, no habrá territorio conocido ni refugio táctico. Será una noche para sobrevivir con oficio, corazón y carácter. Tres elementos que el Atleti siempre ha tenido de sobra.
El recuerdo del último cruce entre ambos pesa en el ambiente. Aquella victoria por 1-2 en París en noviembre aún resuena en los vestuarios rojiblancos. El gol de Correa en el descuento fue más que un tanto: fue la confirmación de que este equipo, pese a sus crisis, sigue teniendo colmillo. Hoy, con Correa recuperado, con Julián como faro y con el joven Barrios creciendo en el medio, el Atlético tiene argumentos para creer.
Julián en la sesión de fotos
El equipo ha viajado a Estados Unidos con mentalidad de batalla. No hay euforia, pero sí hambre. Simeone ha trabajado los últimos días el plan defensivo al detalle. No se trata de esconderse, sino de saber cuándo y cómo hacer daño. Sabe que París tiene más calidad individual, más nombres. Pero también sabe que en este tipo de partidos lo que pesa es el alma, y ahí el Atlético se siente cómodo.
Del otro lado, Luis Enrique llega con la presión de confirmar el dominio europeo del PSG. Ya sin Mbappé, el equipo ha reformulado su ataque con jugadores como Kvaratskhelia, Doué y Zaïre-Emery. Son rápidos, verticales, peligrosos. En condiciones normales, deberían imponer su ley. Pero el técnico asturiano conoce bien al Atlético. Lo ha sufrido. Sabe que no basta con talento para abrir esa muralla de hombres que defienden como una sola unidad.
Y también llega París con algo que puede ser arma de doble filo: la exigencia de ganar. Para el PSG, el Mundial de Clubes no es una oportunidad; es una obligación. El Atlético, en cambio, juega con menos presión, con la ilusión como escudo. Y eso, en fútbol, importa.
Este será un torneo largo, exigente, cargado de obstáculos. Pero el Atlético de Madrid siempre ha sabido moverse en el barro, y esta noche tiene la primera gran oportunidad de marcar territorio. Vencer al campeón de Europa no sería solo un golpe sobre la mesa; sería una declaración de intenciones: el Atlético no viene a participar. Viene a competir. A pelear. A dejar huella.
En Pasadena, bajo el cielo californiano, los rojiblancos se enfrentan a uno de los retos más emocionantes de su historia reciente. Es la hora de los valientes. París espera, pero el Atleti no teme.
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