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La Galerna

·24 de septiembre de 2020

Arrivederci, Luis Suárez

Imagen del artículo:Arrivederci, Luis Suárez
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Buenos días. “Adiós, killer”, titula como veis Mundo Deportivo en su emocionado homenaje a Luis Suárez, a quien por lo visto se puede homenajear, y ademas emocionadamente o eso parece. Si alguien lo hace, es que se puede, queremos decir.

“Adiós, killer”, sí. Nada que objetar al titular. De hecho, pocas veces hemos visto en una primera plana de Mundo Deportivo dos palabras seguidas tan precisa y rigurosamente indiscutibles. Analicemos ambas separadamente, por más que juntas alcancen su verdadero sentido.


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“Adiós”. Poco que oponer, por cuanto Luis Suárez se va al Atleti (dicen que por un variable de 6 millones, lo que implica que es por un fijo de cero patatero), y cuando alguien se va la gente bien educada le dice “Adiós”. Mundo Deportivo es un periódico educadísimo. Nunca ha insultado a nadie ni ha alzado la voz para nada, ni siquiera para reclamar para el Barça una Liga que el Covid había dejado a medias mientras mataba a la gente. Es un diario cortés y gentil que se despide de las personas, y eso es lo que conviene hacer, en aras de las buenas maneras, en el contexto de alguien que se marcha, incluso cuando se marcha al Atleti. Especialmente si se marcha al Atleti, diríamos si se nos apura. Unirse al cholismo es como apuntarse al Viet Cong, como trató de hacer Antonio Escohotado en su roja juventud, solo para recibir una palmadita en la espalda del segundo encargado de la embajada vietnamita en Madrid. “Ya tenemos mucha gente, chaval, y además son bajitos y se internan muy bien entre los matorrales selváticos. Los españoles sois demasiado altos, aunque si tienes por ahí veinte duros me los quedo para la causa”.

Lo único que es mejorable para esa despedida (“adiós”) es el idioma escogido para la misma. Nos habría gustado más “arrivederci”, o la más ínformal despedida italiana “ciao” (existe una tercera, “adío”, pero entendemos tiene un componente desabrido o fúnebre que aquí no se aplica). El italiano, en todo caso, es el idioma que hay que usar para llegar al corazón de Luisito. “Italiano para principiantes” era el título de una divertida comedia del movimiento cinematográfico Dogma que hemos estado a punto de utilizar como título de este portanálisis. Lo hemos desechado finalmente, dado que Luisito parece tener un nivel mucho más avanzado de la bellísima lengua de Dante. “Dantesco” es, por otra parte, un adjetivo que bien puede aplicarse a Luisito, pero ese es otro tema. Nos liamos.

Habría sido precioso, ¿no? “Arrivederci, killer”. Esa sí que es una despedida lo suficientemente sentida. Ahí sí que se nos saltan las lágrimas de pensarlo. El italiano es la verdadera lengua de Luis, como prueba el examen que le aprobaron por el artículo 33 en Italia para que pudiera fichar por la Juve, transacción finalmente frustrada. Ya sabéis que las escuchas policiales revelan que le regalaron el aprobado “porque cómo no le vamos a aprobar si va a ganar 10 millones”, dicen las escuchas. “Pero si no es capaz de proferir una palabra en italiano”, replicaba el otro funcionario. “Tampoco en España paró de dar patadas, insultar y hacer teatro y solo ha sufrido una expulsión en seis años”, nos habría gustado que repusiera el primero. Aquí viene a colación recordar un dato estremecedor. En 283 partidos en el Barça, el jugador más sucio que recuerdan nuestros ojos solo ha sido expulsado una vez, en Copa y en el minuto 90 (y menudo guirigay mediático montó quejándose por ello). Con su selección, el Ajax y el Liverpool jugó un total de 327 partidos, y fue sancionado con 47. Que le aprueben por el morro los exámenes de otros idiomas es la menos patente de las muestras de protección que ha disfrutado el individuo durante su estancia en Barcelona. Buena suerte en el Atleti. El dato expuesto demuestra que fuera del Barça la necesita.

No hemos conocido futbolista más rastrero sobre un terreno de juego. Algunos han pegado más. Otros han fingido más para engañar al árbitro. Pero ninguno supera a Luis Suárez en ambas cosas a la vez. Solo hay patadas más duras que las que Luis Suárez da, y son las que finge recibir. Solo hay patadas más duras que las que Luis Suárez finge recibir, y son las que da. Entre estas dos escuelas de pensamiento, opuestas pero en cierto modo complementarias, os dejamos elegir. Lo decíamos en nuestra sección de ayer. Hay un sentido en esto de que Luis recale ahora en el Atleti. Hay planes tramados en el Cielo que se hacen esperar solo para ser recibidos, finalmente, con más ilusión. El maridaje entre Luis y el cholismo ha resultado ser uno de ellos. Luis es cholismo puro. Explicarlo nos resulta tan innecesario como un tuit de Karma Barceló criticando la mascarilla por debajo de la nariz del falso positivo de Odegaard.

La otra parte de la oración de despedida de Mundo Deportivo nos resulta más indiscutible aún. “Adiós, killer”. Nuestro inglés no es tan avanzado como el italiano de Luis Suárez, pero nos da para conocer el significado de la palabra, y nos resulta un acierto su elección. Que le pregunten al Pichu Cuéllar o a Filipe Luis.

El resto de las portadas del día vienen sosainas. En el Sevilla-Bayern supercopero de esta noche que cada uno vaya con quien quiera. Nosotros vamos con el Sevilla para que se lleve una alegría nuestro amigo Pepe Begines.

Pasad un buen día.

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