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Vibra Segunda

·22 de febrero de 2023

Alerta roja en el Eibar

Imagen del artículo:Alerta roja en el Eibar

En el camino hacia los objetivos suelen aparecer multitud de obstáculos, piedras en el camino que pretenden hacer tropezar al protagonista de la historia. La del Éibar es, sin duda, una en la que la meta está en la cima. El ascenso está marcado desde el inicio a fuego pero, en el trayecto, el conjunto armero está sufriendo de lo lindo, como cualquiera en la categoría. De formas variopintas.


Del inicio titubeante al calvario en el lateral

Y es que el conjunto dirigido por Gaizka Garitano comenzó con muchas dudas la temporada. No terminaba de asomar a las posiciones punteras ni de encadenar victorias o resultados positivos con los que adquirir confianza en el trabajo realizado. Cuestión de tiempo, porque justo en el tramo  final de la primera vuelta el equipo conseguía enlazar victorias y alzarse al liderato de la competición. La inercia ganadora ya estaba adquirida, la confianza por las nubes y la fe en la idea inquebrantable. Cuestión de dinámicas.


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Ahora, el reto es superar la acumulación de lesiones, que además se concentran en posiciones específicas de la zona defensiva armera. Poco a poco, los laterales han ido cayendo. Y todos ellos con lesiones musculares. Primero, en el perfil derecho era Álvaro Tejero, titular habitual, el que se resentía del abductor. Poco más tarde, Rober Correa con un problema clavicular. Ello hizo a Garitano tener que tirar de Arbilla, Sergio Álvarez y finalmente Corpas en dicho perfil.

Más tarde, concretamente en los últimos días, ha sido el costado izquierdo el que ha visto como sus integrantes caían en combate. Imanol se rompía el tendón de Aquiles ante el Lugo y poco después el club anunciaba una rotura muscular de Ríos Reina que deja también la posición desierta de futbolistas que puedan actuar en su demarcación natural. Toca improvisar para el técnico vasco, en busca de la mejor fórmula para sofocar el incendio que ha prendido con las lesiones. Momento de dificultad, momento de personalidad, de grandeza. En definitiva, momento de la verdad.

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