Diario La Escuadra
·16 de septiembre de 2024
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El Atleti B mostró en Santo Domingo lo que es sacar el «ADN Atleti». Pues de eso se trata, de nunca dejar de creer. Y los mentores de Fernando Torres lo demostraron a la perfección. Segunda parte de diez, pese a las adversidades, con una actuación impecable de Javier Boñar, que hasta ahora era un jugador de rotación y ha demostrado que está para mucho más rescatando a su equipo con dos goles en el tramo final. El Alcorcón se relajó con el dos cero. Los de Pablo Álvarez consiguieron dormir un partido que acabó siendo un correcalles y les acabó castigando ante la fragilidad defensiva y la poca intención de dominar el partido después del segundo gol.
La supremacía con la que empezó el Alcorcón se diluía por momentos. Muchas dudas a la hora de iniciar las jugadas desde atrás. Y entre tantas dudas, llegó el error que aprovechó Ale García para dejar solo a Adrián Niño, que se topó finalmente con un excelente Gaizka Ayesa, que le ganó en el mano a mano achicando el espacio. El Atleti B no lo iba a dejar de intentar, pero necesitaban fabricar los errores del rival por si mismos.
Poco a poco, los alfareros se terminaron creyendo lo de poder marcar el ritmo del partido. Tenían muchas imprecisiones, al igual que los rojiblancos, pero entraron gradualmente en confort. Las internadas de Manrique en la banda izquierda le daba vida a los de Pablo Álvarez. De ahí salió un gran pase en profundidad a Rafa Llorente, que terminó encontrándose con Alejandro Iturbe. Mano dura abajo del «oro olímpico» que le cerró las puertas al ex del Cádiz.
Fuente: @AtletiAcademia (Twitter)
El Atleti intentaba acorralar al Alcor con el balón, todo esto mientras las malas noticias no cesaban, puesto que Juan Sebastián se tuvo que retirar en las filas del Alcorcón bajo la ovación del público. Pero más tarde llegaría una acción que lo cambiaría todo. Falta al borde del área, un tanto innecesaria, que aprovecharía Yael para mandarla a guardar bajo el júbilo de Santo Domingo. Consiguieron lo más difícil, que era marcar, y ahora solo faltaba mantener el resultado.
Los colchoneros lo siguieron intentando hasta el descanso, pero ni el dibujo ni los jugadores de arriba le daban comodidad al equipo de Torres, quién estaba dando varias instrucciones desde la banda a Adrián Niño y a Ale García. Poco más consiguieron más allá de quitarle el balón a los locales, que se mostraron más seguros y más cómodos tras el primer tanto.
Pero el partido seguía abierto. O eso pensaba el Atleti B, que empezó con iniciativa tras el paso por vestuarios. Torres tenía claro que necesitaba una delantera con movilidad y con opción de crear espacios y poder pelear los balones, así que decidió sacrificar a Adrián Niño y darle la oportunidad a Omar Janneh, que otra cosa no, pero peleó cada balón como si fuese el último. Sin embargo, algo no les terminaba de funcionar y las imprecisiones en el medio del campo cada vez eran mayores. Tanto Javi Serrano como Joaquín saltaron tarde a la presión, y ahí llegaron tanto Rafa Llorente como Vladys, quien generó la jugada y más tarde acabó enviando a la red el rechace de un remate previo del propio Rafa.
El dos a cero era de libro, pero el Alcorcón se durmió. Poco más tarde, Julio Díaz se inventó una internada y un centro que Ale García no desaprovechó. Era una de las pocas acciones de remate que consiguió generar el Atleti B y Torres se lo agradeció a los suyos, pero su gesto era sereno. El trabajo aún no estaba hecho. Al otro lado de la banda, Pablo Álvarez se lamentaba, pero alentó a los suyos para lo que quedaba de partido. Solamente tenían que defender el resultado.
Y pudo cerrarlo el Alcor en una gran arrancada de Vladys, que hizo salir a Iturbe y terminó desencadenando la acción más polémica del partido. El guardameta sale como último hombre, sin nada que perder, a interceptar el balón, y entre trancas y barrancas acaba llevándose por delante a Vladys. El árbitro no vio nada a pesar de las protestas del banquillo local y el general descontento de la afición con la decisión tomada. Una acción que podría haber supuesto un sello definitivo al partido.
Los colchoneros aprovecharon la agonía de los locales por rematar la faena para seguir remando. El ambiente ya estaba caldeado tras la acción polémica y cada falta ensuciaba cada vez más el ambiente. Primero una falta sobre Rafa Llorente desató una pequeña tangana que luego se retomó con una fea entrada de Aparicio a Rayane Belaid. Pequeños detalles que fueron enturbiando la situación y acabaron desencadenando un desafortunado momento tras el pitido final.
Fuente: @AtletiAcademia (Twitter)
Y entre cambios y cambios, apareció el hombre del partido, Javier Boñar. Un defensa reconvertido a lateral, que ha contado poco para Torres en este inicio de competición y que se ha reivindicado ante todo pronóstico. Gol a balón parado que supuso el empate y poco más tarde con otra acción que se le atragantó a la defensa del Alcorcón. No fue casualidad que pasara desapercibido en las dos acciones. Algo le debió decir Torres al joven defensor, que se convirtió en un killer de área por unos instantes y selló una remontada en la que, como bien dice el lema del club, nunca dejaron de creer.
El final del partido desató emociones de todo tipo. Desde la euforia de los rojiblancos hasta el descontento de ciertos aficionados en la grada alfarera, que provocaron algún tipo de conflicto entre ciertos jugadores del Atlético B y parte de la afición local. Un conflicto que se acabó calmando rápido y terminó con la clásica despedida de la afición alfarera con sus jugadores, que disfrutan más en las buenas, pero se entregan también en las malas.