Revista MadridistaReal
·7 de noviembre de 2024
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A ritmo mortecino, Alaba, por fin, comienza a ver la luz al final del túnel. Desde que cayó a la enfermería a razón de una rotura del ligamento cruzado anterior (además de una afección de menisco) acaecida el pasado 17 de diciembre frente al Villarreal, el zaguero austriaco no había tocado balón hasta esta mañana en Valdebebas. En total, 326 días sin sentirse futbolista.
Pese a que a finales de agosto, justo en la previa de Las Palmas – Real Madrid, Alaba empezó a correr… el retorno a los terrenos de juego se está haciendo escabroso, tedioso. Eterno. Aquella dolencia, que se produjo en una noche trágica en el Bernabéu, va a recibir el alta médica, si nada cambia, en enero de 2025, tal y como informó Relevo hace unas semanas. Es decir, serían, en total, 13 meses en el dique seco.
La recuperación del internacional con Austria no ha seguido el cauce habitual, de ahí que el regreso al verde se haya prolongado en exceso. Y es que, en mayo, fue intervenido de nuevo para realizar una pequeña limpieza en la zona afectada. El jugador arrastraba molestias en la zona afectada y no las tenía todas consigo. Incluso se llegó a rumorear con una posible retirada.
Aunque, ese periodo de incertidumbre ya ha pasado y Alaba solo piensa en volver a sumar minutos con la camiseta del Real Madrid. Algo que a Carlo Ancelotti le viene como anillo al dedo, puesto que podrá rotar a su pareja de centrales asidua, Rüdiger y Militao. Un respiro de cara al año venidero. Alivio en Chamartín.