Al final de un encuentro disputado e indeciso, el Olympique de Marsella encajó un empate contra el Atalanta | OneFootball

Al final de un encuentro disputado e indeciso, el Olympique de Marsella encajó un empate contra el Atalanta (1-1) este jueves, en el partido de ida de semifinales de la Europa League.

Un resultado bastante decepcionante para el club de Marsella, que podría haber esperado algo mejor. Los dos equipos se reunirán dentro de una semana en Bérgamo para recoger el billete a Dublín.

Ambiente loco, condiciones ideales, todas las luces estaban en verde para una gran velada. Alta temperatura en el Vélodrome que bajó repentinamente en la primera ofensiva italiana transformada por Scamacca, solo para castigar a López tras una panqueque de Koopmeiners (0-1, 11º).

De espaldas a la pared, los marselleses no entraron en pánico. Mejor aún, dejaron las cosas claras con un sorprendente disparo de Mbemba, ayudado por el poste para calentar el ambiente (1-1, 20).

¿La oportunidad para que OM encienda un poco más el partido? No realmente. Los bergamascos supusieron un gran desafío físico y obstaculizaron considerablemente a sus anfitriones, que no estuvieron inspirados en sus transmisiones.

En dificultades a nivel técnico, los olímpicos optaron por ataques rápidos y estuvieron cerca de duplicar la ventaja antes del descanso con una contra relámpago, pero Aubameyang falló tras un servicio ideal de Harit. Lo suficiente como para morderse los dedos…

Al regresar del vestuario, los olímpicos aceleraron el ritmo pero les faltó claridad en el último gesto. El partido se disputaba cada vez más a falso ritmo entre dos equipos muy cerrados que iban golpe a golpe. Podría haberse vuelto loca con un gol de Sarr, finalmente rechazado por fuera de juego de Luis Henrique al inicio de la acción. Unos minutos más tarde, fue Ounahi quien encontró la escuadra con un disparo desde 20 metros.

En el último cuarto de hora, el OM se adelantó gracias a los cambios realizados por Jean-Louis Gasset con Moumbagna útil para dar un codazo. Esto no fue suficiente para romper una vez más la defensa italiana, que incluso después de haber cedido ante las ofensivas del Marsella, bloqueó permanentemente el marcador.

Un resultado decepcionante para el Marsella, que estuvo a punto de quedar atrapado en un disparo casi mortal de Miranchuk. Nos vemos en Bérgamo dentro de una semana.

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