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·6 de mayo de 2025
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La comunidad del fútbol argentino llora la partida de Luis Galván, leyenda de Talleres e integrante del seleccionado campeón del mundo en 1978, quien falleció este lunes a los 77 años. El legendario defensor, nacido en Fernández, Santiago del Estero, estaba internado en la Clínica Reina Fabiola de Córdoba por un cuadro renal que se complicó con una neumonía provocada por un virus intrahospitalario.
Galván, conocido cariñosamente como "El Maestro", fue uno de los pilares fundamentales del histórico Talleres de los '70, donde ostenta el récord de partidos disputados: 503 en 17 temporadas. Su desempeño en la final del Mundial '78 contra Holanda fue excepcional, recibiendo la calificación perfecta de 10 puntos por parte de todos los medios que cubrieron el evento. Jacques Ferran, prestigioso periodista francés y creador del Balón de Oro, destacó que "Galván ha estado a la altura de Kempes hoy, o más, porque cuando Holanda empató, nunca ha perdido ni la calma ni la prestancia para salir jugando".
Su llegada a la selección argentina fue casi fortuita. No estaba en los planes iniciales de Menotti hasta febrero del '78, cuando recibió un llamado sorpresivo. "Me avisó Saporiti que me integraba a la selección mayor", recordaba Galván, quien incluso desconfió de la convocatoria y se hospedó en un hotel al llegar a Mar del Plata, temeroso de hacer "un papelón" si la citación no era verdadera.
Antes de convertirse en leyenda del fútbol, Galván era maestro rural. Completó el profesorado y recorría seis kilómetros diarios en bicicleta para dar clases en escuelas de campo. Cuando llegó a Córdoba persiguiendo el sueño de ser doctor, se probó en Talleres mientras trabajaba en una fábrica de Fiat para subsistir.
Pese a su notable trayectoria, Galván mantuvo siempre un perfil bajo, convirtiéndose probablemente en el menos conocido de los futbolistas campeones del mundo con Argentina. Durante más de dos décadas se desempeñó como formador en las divisiones inferiores de Talleres, insistiendo en ser llamado "profesor" y no coordinador o entrenador.
El santiagueño fue homenajeado con dos estatuas: una en Independiente de Fernández, donde comenzó su carrera, y otra en el estadio Madre de Ciudades de Santiago del Estero. Entre sus curiosidades, se encuentra el haber sido rival de Maradona tanto en su debut con Argentinos Juniors (1976) como en su presentación con Boca (1981).
El fútbol argentino despide a un caballero del deporte, quien atesoraba con especial cariño su premio como jugador Fair Play del Mundial '78, galardón que llevaba al club "para contarles a los chicos sobre el valor de la conducta".
Fuente: La Nacion