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La Galerna

·14 de abril de 2021

A Liverpool con fe

Imagen del artículo:A Liverpool con fe

Que el Real Madrid se enfrente en una eliminatoria de Champions a cualquier rival (en este caso al Liverpool) sin complejos suena a obviedad. E históricamente lo es. Aunque también es recurrente la falta de fe mostrada en este equipo por propios y extraño. Es irónico que esta falta de fe sea un signo de irracionalidad, pero lo es, e intento explicarlo de manera racional.

Es irónico que la falta de fe en el Real Madrid sea un signo de irracionalidad, pero lo es

A esta plantilla se le ha negado el pan y la sal una y otra vez. La jauría está al acecho, guarnecida tras el paso del tiempo, esperando cualquier tropiezo puntual o prolongado para devorar el potencial aún restante de este Real Madrid. A Nacho le dimos por amortizado muchos a principio de temporada y nos ha dado en las narices con un estado de forma, una jerarquía y una madurez futbolística y personal apabullantes. Lucas Vázquez tampoco servía y él solo ha tapado un agujero ciclópeo en el campo adueñándose de toda la banda derecha durante todos los partidos hasta que Busquets lo lesionó. Modric solo estaba para jugar un ratito y casi con bastón y es el faro de Occidente. Militao era un fichaje fallido sin remedio y cuando hizo falta se destapó con una solvencia impropias de alguien que no ha tenido oportunidades.


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De Zidane, qué vamos a decir de Zidane, si no servía, si se mostraba inamovible en sus planteamientos, si no contaba con los jóvenes, si echaba por tierra la política de fichajes del club y, por supuesto, si no tenía ni idea de táctica ni de nada más allá de gestionar los egos de la plantilla y alinear jugando al pinto, pinto, gorgorito con la única intención de fastidiar nuestras predicciones en el once. Y al muy descarado no se le ocurre otra cosa que resucitar al Real Madrid (Semana Santa de por medio) con lo que tenía en casa, sin quejarse y sin acudir reclamar fichajes millonarios, como hacen los entrenadores mediáticos de campanillas. Para más inri, y en el colmo de la chulería, va y deja marchar a Jovic y Odegaard con una plantilla acribillada por las lesiones y sin apenas jugadores del primer equipo para afrontar los partidos clave. Y resulta que el muy puñetero empieza a ganar. Y no solo a ganar, sino a dar lecciones tácticas a otros entrenadores que sí tienen crédito aunque se pasen años sin ganar nada. Victoria tras victoria, repaso tras repaso. Impenitente. Imperturbable. Sin alzar la voz. Perdón, si alzó una vez la voz, y la alzó en rueda de prensa para pedir respeto para la plantilla, para él y para el Real Madrid.

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Fue en febrero, el mes que precede a la primavera (Here comes the sun), estación del año en la cual el Real Madrid florece aún en los terrenos más áridos y sin el abono que sí reciben por parte de la prensa y otros estamentos ciertos clubes. Fue en la de prensa previa al partido frente al Huesca, aquel que se remontó con dos goles de Varane. Solo hizo falta que pidiese respeto una vez porque sabía que su plantilla no le iba a defraudar.

Y así llegamos a Anfield, que no es un campo de entrenamiento, a pesar de ser cinco metros más corto que el Alfredo Di Stéfano, así que imaginamos que Klopp no se excusará con este aspecto en caso de derrota. Una vez que Lucas Vázquez nos tapó la boca a todos, ahora, tras su baja, la cacería de la hordas sin fe madridistas parece que se centrarán en Odriozola. No sabemos si jugará, pero tras los errores y prejuicios cometidos con Lucas, Nacho, Militao, Zidane, etc., ¿no sería más racional tener fe? ¿no sería más coherente apoyar con el alma a este equipo y luego, en función de lo que ocurra, realizar la crítica o la alabanza pertinente?

Los periodistas deportivos y los economistas comparten algo; son incapaces de acertar sus predicciones y la gente sigue confiando en ellos. Sin embargo, el Real Madrid y Zidane se han caracterizado por lograr lo que parecía imposible y seguimos sin tener fe en ellos.

Los periodistas deportivos y los economistas comparten algo; son incapaces de acertar sus predicciones y la gente sigue confiando en ellos. Sus trayectorias se resumen en predecir cómo van a suceder los hechos y que los hechos mismos se encarguen después de desmentirlos. Y no es culpa suya, la incapacidad para adivinar el futuro es una cualidad intrínseca al ser humano. Sin embargo, el Real Madrid y en especial este Madrid y Zidane se han caracterizado por lograr lo que nadie preveía que ganaría, lo que parecía imposible. Y, a pesar de eso, seguimos sin tener fe en ellos. Es irracional.

A Liverpool con fe. ¡Hala Madrid!

Fotografías: Imago.

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