Vermouth Deportivo
·18 de diciembre de 2024
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La Selección Argentina tocó el cielo con las manos en el Mundial de Qatar 2022 y se cumplen exactamente dos años de la gesta deportiva de una generación Albiceleste que no podía ver la consagración del seleccionado nacional. El equipo de Lionel Scaloni escribió su propia página en el estadio Lusail con un triunfo resonante y de película ante Francia en los penales (4-2) después de un atractivo empate por 3-3 en los 120 minutos.
Fue un desarrollo infartante y que no debería moverse ni un segundo. Fue, quizás, la mejor final de toda la historia de la Copa del Mundo con una Celeste y Blanca imponiendo su juego, dominando la pelota y la estrategia de la definición más importante del planeta a nivel fútbol.
Un andamiaje perfecto en todas las líneas con un Lionel Messi impactante y un Ángel Di María intratable que provocó el penal que ‘Leo’ transformó en gol para romper el cero en el estadio Lusail de la ciudad de Doha. La prolijidad, el adoctrinamiento de un equipo que sabía cómo detener a las estrellas francesas y la simpleza en el juego explotaron con el segundo gol: Nahuel Molina, Messi (único en tocar la pelota en dos tiempos), Julián Álvarez, Alexis Mac Allister y Angelito. Todo a un toque (o dos) y golazo cruzado de ‘Fideo’. Inolvidable. Parecía sentencia pero no.
El trabajo fue perfecto hasta en el complemento. La lectura del partido era la correcta, sin embargo el fútbol no tiene nada de lógica y menos si enfrente está Kylian Mbappé que, en cinco minutos, igualó un encuentro para el infarto con un penal y una tremenda definición cruzada. Estaba ganado y, de repente, los fantasmas del pasado golpearon la puerta.
La historia debía ser así. Para sumarle más épica. Para ser más recordado. Dos tiempos de poco más de quince minutos. Un gol de Messi de rebote ilusionaba otra vez a los hinchas aunque Mbappé volvió a igualar de penal con esa penosa mano de Gonzalo Montiel. El juego nunca detuvo su marcha frenética. Intentó ‘Leo’ para Argentina, atajó Hugo Lloris. Lo tuvo Kolo Muani, mano a mano, y Dibu Martínez evitó la caída con una salvada para la historia de los mundiales. Todo de película.
Penales. Sufrimiento. Como debía ser. No podía ser de otra manera. El Dibu fue magia, baile, gacela, showman. Todo a la vez. Con Coman para atajar el primer penal y con Tchouameni tirando la pelota lejos y jugando a la psicológica. Esa batalla la ganó el arquero argentino. Los jugadores hicieron su trabajo. Leo Messi, Paulo Dybala, Leandro Paredes y Gonzalo Montiel patearon los penales más importantes de sus carreras deportivas. El ex River fue el encargado de decretar el regreso de la Selección Argentina a la cúspide del fútbol mundial.
Treinta y seis años después, Argentina volvió a levantar la Copa del Mundo y de la mano de Lionel Messi, el que más se merecía ese trofeo. Fue el Mundial de ‘Leo’. Fue el Mundial del equipo. Fue el Mundial de Lionel Scaloni. Fue el Mundial de la gente. El que todos deseaban. Y sí, no cambiamos ni un segundo. Ni nada.