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·3 de enero de 2025
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·3 de enero de 2025
El Málaga abrió las puertas de La Rosaleda para que los aficionados puedan disfrutar del entrenamiento del equipo. Esta práctica es habitual en el club de Martiricos por estas fechas. Sin embargo, este año se han presentado casi 7.000 aficionados según los datos del Málaga, han tenido que habilitar la zona baja de fondo norte, además de la habitual zona de tribuna baja.
El Málaga anunció la apertura de las puertas a las 9:30, el entrenamiento comenzaría a las 10:30. Desde las 8:00 de la mañana había aficionados haciendo cola para ser los primero en entrar. Con el paso de los minutos comenzaron a llegar más y más aficionados. Sobre las 9:00 la cola de la puerta 6 ya daba la vuelta al rio. A esa hora empezaron a llegar los primeros jugadores, que prácticamente ni podían avanzar debido a que los aficionados les paraban para conseguir una foto o un autógrafo. Los niños gritaban los nombres de los jugadores, estos se pararon todo el tiempo que pudieron hasta que la policía les dijo que tenían que avanzar.
A las 9:33 abrieron las puertas y los aficionados comenzaron a entrar ansiosos por volver a ver a su equipo. Pronto se llenó la zona de tribuna baja, por lo que abrieron la zona del fondo norte para que ningún aficionado se quedara sin entrar. Los aficionados cantaban el himno y disfrutaban del radiante sol que brillaba en Málaga mientras esperaban a los jugadores. Entrevistas a los más pequeños, fotos con Superboke (la mascota del equipo), encuentros con amigos… Todo era alegría.
Comenzó el entrenamiento, los jugadores saludaron al público y comenzaron a calentar. Hicieron un par de ejercicios con balón mientras la grada animaba y elogiaba cada buena acción. Pronto comenzaron con los ejercicios de finalización, cada gol se cantaba y cada parada se celebraba. Tras varios golazos y un par de paradones de Alfonso Herrero, Carlos López y Andres Céspedes, Pellicer dio la orden de hacer un partido en un campo reducido que terminó con una tanda de penaltis.
Al finalizar el partido los jugadores se fueron al túnel de vestuario para coger las cosas que iban a regalar a los aficionados. Peluches, pelotas, caramelos, fotos de los jugadores, etc… Pocos fueron los afortunados que pudieron conseguir alguna de estas cosas. Por que nadie esperaba que hubiera tantos aficionados y no tenían tantas cosas preparadas. Aun así los jugadores se quedaron más de una hora después del entrenamiento firmando camisetas y sacándose fotos, además regalaron botas, guantes e incluso alguna sudadera. Sobre la 13:00 se marcharon los pocos jugadores que seguían firmando y con ello se fueron los aficionados.