30 años después, Liverpool campeón de Premier League | OneFootball

30 años después, Liverpool campeón de Premier League | OneFootball

In partnership with

Yahoo sports
Icon: El Nueve y Medio

El Nueve y Medio

·1 de julio de 2020

30 años después, Liverpool campeón de Premier League

Imagen del artículo:30 años después, Liverpool campeón de Premier League

Han tenido que pasar 30 años para que en Anfield caminen con un título de Premier League bajo el brazo. Tres décadas en las que el Liverpool ha saboreado las mieles del éxito con dos títulos de UEFA Champions League (2005 y 2019), una Copa UEFA (2001), algunas copas locales y un Mundial de Clubes. Un palmarés nada desdeñable, pero al que le faltaba el anhelado título de liga. En 2020, la Premier League llegó a sus vitrinas.

Cómo no podía ser de otra manera, los Reds han escogido el camino más especial para hacerlo, rompiendo varios récords históricos. El Liverpool ha sido el campeón inglés que ha necesitado menos jornadas para alcanzar el título (31), y lo ha hecho de la mano del primer entrenador alemán que gana una Premier League.


OneFootball Videos


Jürgen Klopp merece un capítulo aparte dentro de este logro. El teutón de sonrisa eterna, como ya hizo con el Borussia Dortmund, ha devuelto a los Escarlatas al lugar de la historia que les corresponde. Creyeron en él, y el proyecto ha sido un total éxito.

Imagen del artículo:30 años después, Liverpool campeón de Premier League

Klopp llegó hace casi cinco años a Anfield: en octubre de 2015. Durante este tiempo, poco a poco, le ha dado identidad al conjunto red, mejorando curso tras curso las prestaciones del equipo desde la pizarra y con los fichajes.

La sinergia entre Klopp y la directiva del Liverpool ha sido ejemplar. Con el paso de los años se pulieron los defectos gracias a la incorporación de elementos que potenciaron el modelo de juego del alemán.

Durante esta temporada, los Reds han presentado una serie de claves tácticas que han sido fundamentales para dominar de principio a fin el campeonato inglés, y, sobre todo, para hacerlo de manera arrolladora. A continuación, las detallo.

Imagen del artículo:30 años después, Liverpool campeón de Premier League

La evolución del modelo del Liverpool

Desde el primer momento que tomó al equipo, Klopp implantó su conocido estilo de fútbol frenético: transiciones veloces y vértigo constante. Este modelo, viniendo de donde venía el club, rápidamente enamoró a todo el mundo por la valentía de la propuesta y los resultados positivos que se iban dando. Un estilo atractivo, pero difícil de ejecutar. Esta filosofía conllevaba asumir muchos riesgos, y en fase defensiva sufrían constantemente.

De esta forma, el técnico fue moldeando la idea para ser más fiable: no tener la necesidad imperiosa de sólo imponerse si encontraban espacios y “contemporizar” el juego cuando fuera necesario. Esta campaña ha sido cuando hemos visto a un Liverpool que se ha movido mejor en los diferentes escenarios que se ha encontrado por el camino.

Un equipo de más control, que ha sido casi igual de dañino cuando el rival le ha permitido correr que cuando ataca en posicional (sin espacios). Porque ahí, en la elaboración del juego en estático, era donde se atascaban.

Klopp ha añadido mecanismos para que cuando los adversarios le cedieran la iniciativa, sus jugadores tuvieran respuestas en campo rival. Hay más pausa en la confección de la jugada, un circuito de pases mayor y los toques ya no son siempre tan verticales: no importa si hay que mirar hacia atrás y volver a empezar. Se dominan muchas más facetas del juego; no se limitan a ser únicamente un conjunto vertical.

Imagen del artículo:30 años después, Liverpool campeón de Premier League

Un Liverpool con Fabinho de director de operaciones

Le costó entrar en la dinámica del equipo cuando aterrizó el curso pasado, porque pasar de un ritmo como el de la Ligue 1 al de la Premier, y en concreto al del Liverpool, es algo que necesita tiempo de adaptación. Sin embargo, Fabinho acabó como titular en el pivote del 4-3-3 y lo hizo dando un rendimiento altísimo; incluso mejoró las prestaciones que ofrecía Jordan Henderson en esta posición.

La 2019/20 ha sido la de su confirmación total como una ficha indispensable dentro del funcionamiento colectivo. Con el ex del Mónaco, el panorama en los primeros pases ha sido más esclarecedor. Su clarividencia para jugar fácil a uno o dos toques, encontrando a sus compañeros cercanos o a su vez activando a Firmino o Mané entre líneas, ha generado que el equipo pueda juntarse arriba con muchas piezas por delante de la línea de la pelota.

“La solidez del Liverpool empieza desde su columna vertebral: Alisson, seguridad bajo los palos; Van Dijk, seguridad en transición defensiva y juego aéreo, y Fabinho, seguridad y equilibrio en la mitad de la cancha”

La calidad y seguridad en el pase del mediocentro es otro de los puntos esenciales para que el conjunto pueda desenvolverse con naturalidad si el rival ejerce presión alta. Es raro ver al brasileño perder una pelota, protege bien cuando recibe, se perfila y siempre suele elegir la mejor opción para darle continuidad a la jugada.

A sus prestaciones con pelota, hay que sumar el equilibrio que ha aportado en el carril central: lectura posicional para mantener su lugar y no desproteger la zona del pivote, coberturas constantes a los laterales y una inteligencia para el juego defensivo heredada de su pasado como lateral.

Imagen del artículo:30 años después, Liverpool campeón de Premier League

Jordan Henderson como interior derecho

El capitán red ha visto cómo lo que parecía un ajuste puntual para acomodar a Fabinho, se convirtió en un movimiento esencial dentro de la estructura. Henderson ha pasado de ser el mediocentro a regresar a su posición de origen como interior derecho. Una medida que le ha dado grandes beneficios al equipo.

De hecho, con el nacido en Sunderland jugando a una altura superior a la de Fabinho, el equipo ganó una movilidad en campo contrario que permitió tanto a Salah como Alexander-Arnold estar más veces en situaciones favorables. Porque Jordan les libera marcas rivales y les genera espacios.

Una de las maniobras que el Liverpool tiene más mecanizadas es la diagonal desde pasillo central hacia banda, algo que Henderson repite una y otra vez. De esta manera, Salah puede percutir en el pico del área y Arnold tiene más tiempo para lanzar un centro o un pase filtrado. Ese simple mecanismo, es una de las jugadas más indefendibles: Jordan desordena con su recorrido, Salah y Trent inventan.

“Si el jugador que marca a Henderson le sigue, genera una zona libre por dentro. Sino lo hace, el Liverpool tiene superioridad por fuera con lateral, extremo e interior”

El devolver al inglés al interior ha mejorado la fluidez en campo rival por la maniobra que comentamos. A esto, hay que sumar que el físico y recorrido de Jordan también ha ayudado a que cuando el equipo ha necesitado ser más conservador, haya tenido con él, Fabinho y Wijnaldum una medular muy trabajadora para contrarrestar el juego ofensivo rival.

Los laterales más influyentes

Klopp ya lo hizo en Dortmund, y en Anfield ha seguido dándole una vital importancia a sus laterales. Si a Piszczek y Schmelzer, en su momento, los erigió como una de las mejores parejas sin tener el nivel de otros, lo que ha hecho con Alexander-Arnold y Andy Robertson es copiar paso por paso la película.

Cierto que el joven inglés cuenta con un talento innato que lo acerca a los mejores en su puesto y augura una carrera magnífica, pero con el zurdo escocés se ha conseguido exprimir al máximo sus cualidades para convertirlo en un lateral decisivo.

Estructuralmente ambos, con funciones diferentes eso sí, son fundamentales para el juego red. Arnold es el foco creativo: desde su zona del campo, el Liverpool construye muchos de sus ataques. El inglés es un jugador muy inteligente que lee el juego de manera casi inapropiada para ser un lateral y que nos deja claro que su evolución podría llevarlo, en un futuro, a convertirse en centrocampista. Tiene muchos recursos con la pelota en los botines.

“Trent influye en muchas alturas dándole precisión y brillo a la posesión”

La idea es que el lado fuerte sea el derecho y desde ahí se avanza con pulcritud gracias a su buen pie y visión. Bien pegado a la cal o interviniendo en zonas interiores, sus milimétricos centros, su golpeo y su calidad asociativa, elevan a otra dimensión el juego ofensivo.

En el lado opuesto, se encuentra Robertson que, con un rol más enfocado al juego sin balón (es decir, al espacio), es casi igual de importante. El escocés es un torbellino físico que repite carreras de manera constante durante los noventa minutos. Está activo permanentemente para ser una opción de pase en campo rival o bien para que el marcador de su zona no encuentre ninguna posibilidad de ataque ahí.

Si el sector derecho es donde se “teje”, el izquierdo es el “lado débil”. El ex del Hull City interpreta cuándo y cómo aparecer para atacar el segundo palo o ganar línea de fondo. Gracias a que el sistema siempre le brinda tiempo y espacio, Robertson se transforma en un atacante más pegado a banda cuando el equipo tiene la pelota.

Imagen del artículo:30 años después, Liverpool campeón de Premier League

Roberto Firmino para todos

Si pudiésemos preguntarle a Salah o Mané, estoy convencido de que ambos dirían que sin Firmino no habrían alcanzado el nivel que actualmente poseen. Así de fundamental es el papel del brasileño en este club. El punta es parte de un todo, pero ese todo no sería lo mismo si en lugar de él hubiese otro delantero. Roberto es el “9” ideal para el Liverpool de Klopp.

La manera de acabar los ataques está diseñada a partir de las virtudes de su tridente. El 4-3-3 de partida muta a un 4-3-1-2 donde los extremos se cierran, los laterales intercambian alturas y Firmino es el enlace entre zona medular y delantera.

El panorama que tiene el brasileño cuando recibe entre líneas potencia su juego. Salah y Mané se mueven por delante de él, tanto rompiendo al espacio como yendo al apoyo, y ambos laterales permanecen abiertos generándole un espacio clave por dentro y una línea de pase hacia fuera. La relación del tridente transpira armonía.

“Los extremos africanos no tendrían cifras tan altas de goles ni pisarían el área de forma tan constante, si el estilo de su “9” fuera otro: Firmino compensa todo”

De la misma manera, Firmino necesita de este perfil de compañeros arriba para que él pueda actuar libremente en la mediapunta, no tenga la responsabilidad de finalizar y sea más veces el nexo de unión que el de gol. Su posición es la de “9”, pero su función es la de “10”. De la misma especie que Karim Benzema.

Su alta interpretación del juego le permite detectar la zona libre a ocupar para recibir en buenas condiciones, oxigenar el juego, darle la pausa cerebral a las transiciones para que estas sean efectivas y activar a los hombres más adelantados. Todo ello, además, con una exquisita técnica individual que regala acciones inverosímiles al alcance de muy pocos.

Imagen del artículo:30 años después, Liverpool campeón de Premier League

Once más utilizado por Jürgen Klopp:

Imagen del artículo:30 años después, Liverpool campeón de Premier League
Ver detalles de la publicación