Top Siete
·27 de noviembre de 2024
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·27 de noviembre de 2024
Anfield vivió una de esas noches mágicas que su afición tanto anhela, mientras que el Real Madrid se hundió en un mar de dudas. El Liverpool, con intensidad y carácter, logró una victoria merecida frente a un equipo blanco que mostró serias carencias tanto en ataque como en defensa. Los de Carlo Ancelotti salieron al césped con confianza, pero terminaron desdibujados tras una segunda parte desastrosa.
El partido comenzó con el Madrid bien plantado en Anfield, casi como si estuviera jugando en el Bernabéu. Raúl Asencio, protagonista en los primeros compases, salvó milagrosamente un gol en propia puerta tras un disparo que paro Courtois el cual le reboto y finalmente logro evitar el autogol en la línea. El equipo de Ancelotti aguantaba con solidez, frenando los intentos iniciales de un Liverpool liderado por Salah, Darwin Núñez y Luis Díaz.
Durante los primeros 30 minutos, el Madrid logró controlar el tempo del encuentro, pero poco a poco los reds comenzaron a inclinar el campo. Darwin tuvo un par de oportunidades aisladas que encendieron a la grada y cambiaron la dinámica del encuentro. El Madrid empezó a sufrir y se replegó, incapaz de encontrar soluciones ofensivas, con un Mbappé muy lejos de su mejor versión.
La segunda mitad fue un calvario para los blancos. A los 50 minutos, Courtois realizó una parada salvadora, pero un minuto después nada pudo hacer ante un rápido disparo de Mac Allister que ponía el 1-0. El tanto desmoronó al Madrid, que además perdió a Camavinga por lesión. Ancelotti intentó reaccionar con Lucas Vázquez y Ceballos, pero el equipo nunca encontró respuestas.
Pocos minutos después, Lucas forzó un penalti ingenuo que Mbappé se encargó de ejecutar. Sin embargo, el francés, visiblemente ansioso, falló el disparo ante Kelleher, profundizando su noche de pesadilla. Era la oportunidad de redimirse, pero terminó siendo el punto más bajo de una actuación para el olvido.
Cuando parecía que la mala suerte había tocado techo, Mendy cometió otro penalti, esta vez sobre Salah. Para sorpresa de todos, el egipcio también erró, dejando el marcador abierto. Pero el Liverpool no dejó escapar más oportunidades: en un córner, Gapko sentenció con un potente cabezazo que selló el 2-0 definitivo.
En los últimos minutos, la entrada de Endrick y Ceballos no sirvió para cambiar el rumbo. El primero sigue luchando con la falta de confianza, mientras que el segundo apenas tuvo impacto.
La derrota no solo deja tocado al equipo blanco, sino que evidencia los problemas estructurales de una plantilla mal equilibrada. Florentino Pérez enfrenta ahora una tormenta perfecta: desde los problemas con el Bernabéu hasta la falta de refuerzos defensivos que Ancelotti reclamó en verano. Con el equipo al borde del colapso, la paciencia del presidente empieza a agotarse.
Anfield fue testigo de una noche negra para el Real Madrid, un partido que podría marcar un antes y un después en la temporada.