Top Siete
·10 de noviembre de 2024
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·10 de noviembre de 2024
El Girona asaltó el Coliseum con una victoria por la mínima en un partido difícil, donde el equipo de Míchel supo resistir el planteamiento del Getafe y sacar provecho de la única ocasión clara que tuvo. Con un solitario gol de Yangel Herrera, el equipo catalán se llevó los tres puntos ante un Getafe que, una vez más, mostró sus dificultades para generar peligro real, hundiéndose aún más cerca de la zona de descenso.
El partido arrancó con un Getafe fiel a su estilo bajo las órdenes de Bordalás. En una tarde fría y hostil en Getafe, los locales presionaron desde el primer minuto, buscando asfixiar al Girona con una intensidad abrumadora. Los de Míchel, acostumbrados a un estilo más dominante, se vieron incómodos y atrapados en la telaraña defensiva del Getafe. Sin embargo, y a pesar de la superioridad en la presión y las llegadas de los locales, la historia fue la misma de siempre para los azulones: un dominio sin capacidad de transformar esa energía en peligro real.
El primer susto para el Girona llegó a la media hora, cuando el árbitro Martínez Munuera señaló penalti por una falta de Oriol Romeu sobre Yellu. Sin embargo, tras revisar la jugada en el VAR, se corrigió la decisión y el penalti fue anulado, lo cual mantuvo el marcador igualado. Mientras el Getafe intentaba imponer su juego, el Girona aprovechó su primer y único acercamiento de peligro para cambiar el rumbo del partido: un balón profundo de Daley Blind hacia Bryan, quien lanzó un centro preciso al área que Yangel Herrera cabeceó con fuerza para batir a Soria y dejar helado al Coliseum. En una sola jugada, el Girona mostró lo que es la efectividad.
En la segunda mitad, Bordalás intentó modificar la dinámica, introduciendo a Bertug y sumando jugadores ofensivos como Sola y Álvaro para dar frescura al ataque. El Getafe empujó con insistencia, mandando balones al área y buscando ese gol salvador, pero la resistencia del Girona y las intervenciones seguras del arquero Paulo Gazzaniga impidieron cualquier cambio en el marcador. Bertug tuvo la ocasión más clara, con un remate en el área pequeña que Gazzaniga atajó de manera brillante.
A medida que avanzaba el tiempo, el Getafe agotó sus recursos en ataque, sin encontrar premio, ni siquiera en los últimos 15 minutos, que han sido su tramo favorito para marcar esta temporada. Milla se esforzó en buscar soluciones, pero el equipo parecía agotado, recibiendo pitos de la afición local al final del partido.
Para el Girona, el triunfo fue un bálsamo. Sin desplegar su juego habitual, lograron adaptarse, sufrir y defender el marcador. Con esta victoria, los de Míchel recuperan algo de tranquilidad tras una semana complicada y consolidan su posición en la zona alta de la clasificación. Mientras tanto, el Getafe sigue acercándose peligrosamente al precipicio, sumido en una crisis de juego y resultados que Bordalás deberá resolver tras el parón de selecciones.