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·9 August 2025
Sergio Camello, el Rayo del Oro Olímpico

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Desde Barcelona 1992, la selección nacional de fútbol no conseguía el apreciado primer lugar del podio. Varias generaciones prometedoras que se quedaron en el camino durante varias ediciones. En París 2024, parecía que iba a pasar lo mismo, hasta que apareció Sergio Camello. Una final que sopla su primera vela, en un recital de Álex Baena y Fermín López. El primero, con asistencia y gol. El segundo con un doblete que puso el 1-3 al filo del descanso. Pero la Francia de Thierry Henry, espoleados por el público local, lograron igualar el electrónico y mandar el partido a la prórroga gracias a un penalti transformado por Jean-Phillipe Mateta.
El golpe psicológico de los galos parecía letal, pero un sueño de Santi Denia hizo acto de presencia en el devenir del encuentro. En la noche previa, el entrenador soñó con que Sergio Camello daría el gol de la victoria. Siguiendo su instinto, el chaval de San Blas entró en el minuto 83, viendo la igualada del país anfitrión, pero su estado de confianza estaba por las nubes. Como una rockstar con su guitarra, el jugador del Rayo Vallecano reventó la final con un doblete que estará por siempre en la historia del fútbol español. Una galería donde se encuentran el gol de Kiko Narváez, junto a los más recientes de los archiconocidos por Andrés Iniesta o Fernando Torres.
En un torneo donde el jugador franjirrojo no tuvo mucho protagonismo (sólo jugó dos partidos), dejó su sello en el capítulo clave de la competición. Primero, Adrián Bernabé se disfrazó del mejor Xavi Hernández para que Sergio Camello finalizará la acción con una picadita a lo Raúl González Blanco. Una muestra de calidad que fue celebrado con el dedo delantero hacia Santi Denia, recordando aquella fantasía soñada por Santi Denia en la noche anterior. Posteriormente, la guinda la pondría en los instantes finales gracias a la picardía de Arnau Tenas. El portero, recientemente rumoreado con el Celta de Vigo, sacó rápido y, Camello, sólo, se dirigió para batir a Guillaume Restes, provocando el delirio en el Parque de los Príncipes.
El presagio del míster fue emocionante porque el camino para entrar en la lista final de los seleccionables no fue nada fácil para Sergio Camello. El madrileño fue uno de los cuatro descartes, pero siempre creyó que podía estar en la convocatoria final. Un premio de un Oro Olímpico que firma su primer año bañado en los valores del Rayo Vallecano. El barrio celebró a la vuelta junto a su héroe, con toda Vallecas eufórica, donde latió con orgullo y alegría. Un éxito que supuso el cuarto metal para un jugador de la Franja, después de los conquistados por Miguel Hernández (Oro en Barcelona 1992),y Jordi Ferrón e Iván Amaya (Plata en Sidney 2000). Ahora, el chico de San Blas quiere ser el máximo realizador del conjunto rayista en esta 25/26, que está preparado para afrontar el inicio de la temporada así como la ronda previa de la Conference League. Destinado a hacer historia, como aquel 9 de agosto de 2024 en París.
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