Samuel Lino, noche europea de samba brasileña | OneFootball

Samuel Lino fue nombrado mejor jugador del partido ante la Lazio en una nueva exhibición de talento y juego

El Atlético de Madrid puso ayer el broche de oro a su paso por la fase de grupos de la UEFA Champions League. Tras una temporada pasada aciaga en lo que a la competición europea se refiere, los hombres de Simeone tenían una deuda pendiente y la han saldado con nota. El conjunto rojiblanco ha acabado en lo más alto de su grupo. Y lo ha hecho con cuatro victorias y dos empates, con la condición de invicto intacta y siendo el segundo equipo que más goles ha anotado en esta fase, solo por detrás del Manchester City.

Este buen rendimiento hace soñar al Atlético con cotas más altas que las habituales. Aunque fieles al lema de Simeone, esto va de partido a partido. Y con esa consigna tan interiorizada en las filas rojiblancas, lo que sí es un tema propicio para hablar es de Samuel Lino. El futbolista brasileño de 23 años está haciendo las delicias del respetable con sus actuaciones. Y ayer, ante la Lazio, podría decirse que Lino hizo una muestra de samba brasileña en plena noche europea.

En un once que sorprendió a todos y que no destacaba por sus vertientes ofensivas, Lino cargó a sus espaldas la responsabilidad del ataque y mal no se le dio. El brasileño fue un quebradero de cabeza constante para Marusic. Al jugador de la Lazio le tocó bailar con la más fea y acabó desquiciado ante su nula capacidad para frenar al colchonero. Tanto es así que Maurizio Sarri frenó la sangría a la hora de juego y sustituyó al montenegrino. Por entonces, su equipo ya perdía 2-0 y su futbolista corría el riesgo de ser expulsado.

Un MVP muy merecido

Como decía, anoche a Samuel Lino le apetecía bailar samba y dio una gran exhibición de baile. En el nombre arte de la danza, la coordinación y los tiempos han de ser exactos, y hasta en eso fue preciso el brasileño. En la primera parte, en una muestra de lucha y ambición, se llevó una disputa que le permitió encarar área y servirle en bandeja el primer gol del partido a Griezmann cuando corría el minuto 6. Y en el segundo tiempo, de nuevo en el minuto 6, cambió esa faceta de asistente por la de goleador para poner el segundo en el marcador y redondear su noche.

Los dos goles del cuadro madrileño llevaron la firma de Lino. Una actuación que fue recompensada al final del partido con el premio a mejor jugador del encuentro. Un galardón que es motivo de felicidad en el Atlético porque se suma al que recibió Rodrigo Riquelme ante el Feyenoord. Y esto, en una temporada en la que el miedo a la baja de Carrasco era muy grande, es la mejor de las recetas para decir adiós a ese temor. Porque hoy el Atlético tiene un carril izquierdo de presente y futuro, y una apuesta así no siempre sale bien, pero a los de Simeone este año les sale todo redondo.