
La Galerna
·27 November 2023
Rodrygo desautoriza al vinagrismo

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·27 November 2023
Buenos días, amigos. El Real Madrid, desafiando los malos augurios (incluidos los nuestros) que traían consigo las múltiples bajas, especialmente las dos últimas (Camavinga y Vinicius) propiciadas por el parón, se impuso al Cádiz a domicilio, de manera contundente (0-3) y con Rodrygo en modo estelar.
“Rodrygolazos”, titula Marca. El titular es acertado aunque el juego de palabras ya esté un poco visto. El partido que se marcó el jugador brasileño fue de fábula, con dos rodrygoles de bellísima factura en cocción y definición, a los que hay que sumar una asistencia a Bellingham en el tercero. El inglés “reafirmó su idilio con el gol”, como bien dice Marca. Lleva catorce esta temporada, número de resonancias míticas que no obstante no nos harán desear que se quede ahí. A Jude se le vio aún un poco mermado por el problema en su hombro. Se nota que no juega con confort, lo que no le impide demostrar su calidad. Ojalá esa incómoda lesión de hombro pueda estar pronto del todo olvidada.
Pero el gran protagonista fue, en efecto, Rodrygo Goes. El vinagrismo —corriente en la que se engloban tanto parte de la prensa como un sector recalcitrante del madridismo en redes— llevaba una temporada muy pesado, y las últimas actuaciones de Rodrygo les han desautorizado. En particular la de ayer. Nunca decayó en exceso el nivel de juego de Rodrygo, aunque sí pasó por una sequía goleadora que ahora está solventando a punta de dobletes. Las acusaciones contra él, incluido un asqueroso bullying racista tras el Brasil-Argentina, habían sido excesivas y ridículas.
A callar, amiguitos. Entrando fundamentalmente por la izquierda, fue una pesadilla constante, con su arte de cirujano abstemio. Rodrygo juega muy bien por cualquiera de los dos costados y con una referencia fija arriba, papel que en ocasiones desempeña Joselu. Ayer se desenvolvió de maravilla por la izquierda, fabricándose sus propios espacios allá donde no existían y siendo implacable en el disparo. Rodrygo, sencillamente, es uno de los mejores delanteros del planeta. Juega en el Real Madrid, para desgracia de tantos y tantos.
No acierta As en su titular, “Héroe por accidente”. Se refiere a que Rodrygo fue titular por una indisposición de última hora de Brahim, y que ese accidente acabó en exhibición. Pero es un titular que suena a que As hace de menos a la colosal actuación del delantero. Involuntariamente, suponemos. “Héroe por accidente” es una estimable película de Stephen Frears, con Dustin Hoffman, Andy García y la muy atractiva Geena Davis. El hecho es que Rodrygo es el héroe menos accidental que se nos ocurre. Su historia en el Madrid ya es una historia de triunfo, y las bases del triunfo son cualquier cosa menos casuales, con una cabeza bien amueblada al mando para sacar todo el partido a un espectacular talento natural.
Por lo demás, el Madrid jugó bastante bien, en particular al comienzo del segundo tiempo, con largas posesiones que burlaban la buena presión del Cádiz a punta de pura técnica y gran primer toque. Fueron los minutos en los que Modric (que no sea nada su lesión, por favor) chutó al palo, y Joselu decidió no empujarla a gol, con todo a favor, por si estaba en fuera de juego. Una decisión incomprensible hasta para él, que afortunadamente quedó en nada con el segundo golazo de Rodrygo.
“Lunin vuelve a lucirse”, dice As en su letra pequeña. Tampoco es que ayer tuviera muchas oportunidades para hacerlo, pero el ucraniano está ofreciendo mucha seguridad bajo los palos. No se entiende muy bien que Ancelotti anunciase en rueda de prensa la titularidad de Kepa una vez el vasco se recupere. Salvo desmotivar a Lunin, no comprendemos qué réditos puede traer consigo un anuncio de ese tipo. Las buenas actuaciones de Lunin tenían la ventaja, precisamente, de dibujar una sanísima competencia bajo los palos. Desbaratar dicha competencia, nombrando un titular indiscutible por encima del otro de manera pública, no parece muy juicioso.
La prensa catalana se dedica fundamentalmente a llorar a Terry Venables, fallecido ayer a los ochenta años. Poco podemos comentar, salvo unirnos al pésame a su familia y seres queridos. Como entrenador culé, Venables fue un oponente respetable y respetado, que hizo jugar muy bien a aquel Barcelona con Schuster como estrella, aunque luego perdieran lastimosamente aquella final en Sevilla.
Descanse en paz.
Pasad un buen día.