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·24 October 2024
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El Tereré es la bebida tradicional de Paraguay. Está hecha en base a hojas de yerba mate y agua con hielo, al cual le suelen añadir hierbas medicinales (pohã ñana en idioma guaraní). A diferencia del mate argentino, el Tereré se consume frío, y se puede variar el agua con hielo sustituyéndola por jugo de frutas, en especia jugo de naranja. En el año 2020, la UNESCO lo consideró “Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad”.
Los paraguayos lo beben no solo por los beneficios que acarrea para la salud, sino porque su práctica tradicional propicia la convivencia y la comunicación. “Significa para nosotros unión y hermandad. El Tereré no solo une a las personas, sino también que une culturas. En guaraní se dice el ñe’ẽngatú: juntarse, hablar, intercambiar los conocimientos, hablar de muchas cosas”.
Sin embargo, el dulzor del tereré no existió para los equipos chilenos que participaron en la última edición, 16ª, de la Copa Libertadores Femenina 2024. Tanto Colo-Colo como Santiago Morning no pudieron superar la primera fase de la competencia.
Corinthians se coronó como pentacampeona del torneo. En esta última edición superó en la final por 2-0 a Santa Fé de Bogotá. El Timao tuvo una expedición cómoda, con 5 triunfos y 1 empate. Solo Boca Juniors logró sacarle una igualdad (0-0), mientras que Corinthians derrotó 8-0 a las venezolanas de ADIFFEM y 3-1 a Libertad de Paraguay en la fase regular, derrotó 2-0 a Olimpia de Paraguay en cuartos de final y 1-0 a Boca en Semifinal. 16 goles a favor y solo 1 gol en contra.
Con Corinthians como campeona, Santa Fé como subcampeona y Boca Juniors obteniendo el tercer lugar, se ratifica la más absoluta realidad que hoy existe en el Fútbol Femenino Sudamericano. Brasil, Colombia y Argentina son los mandamases en cuanto al FUTFEM de este lado del mundo se refiere, superando por varios escalones al resto de los países, incluyendo a Chile.
Lo que debe causar preocupación en nuestro balompié jugado por mujeres es que representantes de otros países sudamericanos, como Ecuador, Perú y Paraguay, con campeonatos, supuestamente, de menor calidad en comparación a nuestra Primera División Femenina, lograron una mejor performance que nuestras representantes en el magno evento. Las ecuatorianas de Independiente del Valle clasificaron a semifinales y barrieron al Deportivo Cali de Colombia, mientras que Alianza Lima de Perú y las paraguayas de Olimpia fueron quienes sentenciaron la eliminación de las chilenas en sus respectivos grupos.
¿Son mejores los torneos femeninos de Ecuador, Perú y Paraguay que el torneo femenino chileno?
Indudablemente que no, pero ellas están en un proceso de crecimiento, y gozando de las mieles de la importancia que se le está dando al fútbol femenino tanto por los entes administrativos de esos países, por las asociaciones y federaciones de fútbol respectivas y por todo el ámbito periodístico y comunicacional que gira en torno a ellas, contribuyendo a su mejoramiento en todos los ámbitos, incluyendo el organizativo, además que la popularidad en aquellos países con respecto al Futfem está creciendo paulatinamente. Solo pongo un ejemplo, en la última final jugada en Perú, entre los elencos femeninos de Alianza Lima y Universitario (triunfo de Alianza Lima por 3-1), había 40.000 personas en el Estadio Ángel Villanueva, en un evento muy bien organizado y transmitido a toda la nación peruana. En Chile, en la última final jugada entre Colo-Colo y Santiago Morning, solo había 6.500 espectadores en Sausalito.
Nuestro torneo de Primera División Femenina no es un campeonato de baja calidad. Durante este 2024 se ha mejorado en muchos aspectos, tenemos un campeonato muy bien organizado, más competitivo que en años anteriores, con partidos de buen nivel y muchas figuras que se han ido consolidando, por un lado, y surgiendo por otro. Además, este mejoramiento se trasluce en cuanto al mejoramiento de elementos relacionados con la indumentaria, implementación y estado de las canchas, y solucionados aspectos como la ausencia de las ambulancias en los recintos deportivos, algo que, afortunadamente, no ha sucedido hasta ahora. Hay que considerar, además, que nuestras futbolistas cuentan con un apoyo importante en cuanto al resguardo de sus derechos con la Ley de Profesionalización del Fútbol Femenino (Ley 21.436), la cual, a pesar de sus bemoles, garantiza la celebración de un contrato de trabajo e implica el cumplimiento de condiciones mínimas laborales.
Entonces, ¿en qué se está fallando?
Desde el año 2020 que nuestras representantes en la Copa Libertadores Femenina no logran superar la etapa de los Cuartos de Final, y desde el 2021 que no se daba que nuestros equipos no pudiesen superar la Primera Fase. El problema, entonces, radica en la falta de inversión para poder llegar a instancias más altas y, porque no, quedarse con el título de campeonas.
No se trata de participar, sino de competir. Los equipos que estuvieron presentes en este último torneo se reforzaron de manera conveniente. Alianza Lima se reforzó con la portera Karla López, del Carlos Mannucci y de la selección femenina peruana, mientras que arribaron las defensoras brasileñas Rayane Rodrigues y Ariane Cabrera para darle solidez a la última línea de las dirigidas por José Letelier. Junto con aquello, hay que agregar a jugadoras brasileñas como Thaissa Assuncao y colombianas como Angie Castañeda, sumando también a figuras del fútbol femenino peruano como Emily Flores, Adriana Lúcar y Sandy Dorador. Mientras tanto, Olimpia incorporó a la defensora y seleccionada uruguaya Stephanie Lacoste, mientras que en su lista de buena fe aparecían seleccionadas paraguayas como Amada Peralta y Yanina González.
En cambio, ni albas ni bohemias se reforzaron convenientemente para esta competencia. En Colo-Colo, su DT Tatiele Silveira confió en su plantel y no realizó incorporaciones, siendo la delantera Yenny Acuña la última jugadora en arribar al cuadro femenino albo para sustituir la partida de Isidora Olave. En Santiago Morning, solo se incorporó al cuadro de la V negra, como refuerzo, la joven y talentosa Martina Oses, de Palestino, que solo tuvo 30’ en la derrota ante Cali para mostrar sus condiciones, más encima en una cancha barrosa. No hubo más refuerzos en ambos bandos, mientras que, en otros equipos, para esta Copa Libertadores Femenina, hubo hasta seis o siete incorporaciones.
Pues bien, en los partidos decisivos, Colo-Colo y Santiago Morning se inclinaron ante sus rivales. Las albas cayeron 1-2 ante Olimpia en su debut, después de realizar un muy buen primer tiempo, yéndose en ventaja con el gol de Michelle Olivares Acevedo a los 15’, y pudiendo aumentar con ocasiones de gol de Corina Clavijo y Rosario Balmaceda que fueron desperdiciadas. En el segundo lapso, Olimpia atacó en forma constante y dio vuelta el marcador gracias a los goles de González y Peralta. Colo-Colo se vio sin ideas y, salvo un cabezazo de Clavijo y un remate de Javiera Grez que reventó el travesaño, no lograron la igualdad.
Santiago Morning, por su parte, cayó 0-2 ante Alianza Lima con goles de las peruanas Lúcar y Flores. Las Íntimas fueron superiores en cuanto a juego colectivo y armado de juego, y lograron romper la comunicación entre las zonas bohemias que, salvo alguna ocasión de Mary Valencia, no lograron llegar con peligro al arco peruano. Clase táctica del mejor DT de la historia en el fútbol femenino chileno, José Letelier, que desnudó las falencias de las dirigidas por Paula Navarro.
Rescatando lo positivo, en Santiago Morning podemos decir que Mary Valencia exhibió un nivel superlativo que la tiene muy cerca de estar presente en el plano internacional. Atrevida, incisiva, corajuda y con hambre de gol, Mary no dudó en valérselas por si sola muchas veces para superar a las defensivas contrarias, mostrando un gran nivel. También podemos rescatar la voluntariedad y el empuje de María José Rojas y las buenas actuaciones de Valentina Navarrete jugando por la banda izquierda.
En Colo-Colo, Carolina Frisanco, Pardal, demostró porque es una de las mejores incorporaciones que han arribado al fútbol femenino chileno desde el extranjero. Le dio seguridad a la defensa alba, con gran capacidad de marca, anticipación y juego aéreo. Javiera Grez, por su parte, nos mostró sus grandes dotes como delantera, con calidad en el desborde y en el remate dentro y fuera del área, además de su coraje habitual para enfrentar a las defensas rivales. Por último, me quedo con lo hecho por Anaís Álvarez que, pese a su corta edad, demostró que con su calidad y su visión de juego en el mediocampo albo, merece más minutos en la escuadra de Tatiele Silveira.
Se acabó una nueva edición de la Copa Libertadores Femenina, y en la boca de todos quedó la amargura de una actuación que no logró satisfacer el paladar de nadie. Es cosa de todos quienes somos parte del fútbol femenino chileno volver a darle el dulzor suficiente para poder realizar una actuación destacada y obtener logros importantes para nuestro deporte.