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·21 November 2024
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El lateral derecho internacional, con contrato hasta 2028 en el Tottenham, gusta en el Madrid, pero la operación se antoja imposible por su precio
En el intrincado mundo del fútbol no hay casi nada imposible, pero el hipotético traspaso de Pedro Porro (Don Benito, Badajoz, 1999) al Real Madrid entra en el territorio de la complejidad máxima. A pesar del interés mutuo de club y jugador, hay un obstáculo difícilmente salvable: Daniel Levy, el implacable CEO del Tottenham. El máximo ejecutivo de los Spurs es inflexible y sabe jugar sus cartas mejor que nadie. Florentino Pérez y José Ángel Sánchez, que tuvieron que lidiar con él en los fichajes de Luka Modric y Bale, pueden dar fe de ello. En el intenso combate de pesos pesados, Levy llevó al límite al presidente y al director general del Madrid en unas negociaciones eternas y de tremendo desgaste.
El interés madridista por el lateral extremeño no es nuevo. Él sabe que gusta en Valdebebas y en la zona noble blanca, donde ha sonado en más de una ocasión como posible heredero de Carvajal. Son conscientes de la disposición del internacional español. Alexander Arnold, el principal candidato, fascina por su faceta ofensiva y crea dudas por su perfil defensivo. Aun así, el hecho de terminar contrato en 2025 y su estatus de figura internacional, le sitúan en la pole para ocupar el lateral diestro madridista. A Porro se le considera una opción más equilibrada en el juego defensivo, pero mucho más costosa, ya que termina contrato en 2028 y el Tottenham ya pagó por él en su día al Sporting de Portugal 47,5 millones de euros hace menos de dos años…
Levy tiene claro que no aceptará ninguna cantidad por debajo de los 70 millones, una barrera casi inabordable para el Madrid, que ni se planteará abrir una vía de comunicación por ese importe. Su agencia, CAA Base, mantiene un vínculo profesional y personal muy fuerte con el enérgico mandamás de origen judío, ya que Maddison, Sarr, Son y Richarlison, que comparten representación con Porro, también juegan en el Tottenham Hotspur Stadium. Sin embargo, es previsible que ese buen entendimiento no sirva para mover a Levy ni un centímetro de su trinchera.
Además, la competencia será dura. En el entorno del defensor pacense están convencidos de que la llegada de Rubén Amorim al banquillo del Manchester United implicará un intento por llevárselo a Old Trafford. Porro fue uno de los baluartes del gran Sporting creado por el técnico portugués y la relación entre ambos es excelente a todos los niveles.
Hugo Viana, nuevo director deportivo del Manchester City y antes en el Sporting, fue quien lo convenció para ir a jugar a Portugal. Ahora, con la posible marcha de Walker a Arabia Saudí, se abre una puerta para un lateral derecho como Porro siempre que no caiga una sanción ejemplar sobre el club citizen por las presuntas irregularidades cometidas. A Porro, cuyo gran ídolo siempre fue Isco, le entusiasmaría vestir de blanco y en el Madrid también agradaría esa imagen, pero Arnold y Levy se presentan como dos muros difíciles de soslayar para que la complicada operación cristalice en algo positivo.
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