OPINIÓN: La herida abierta de la selección mexicana: Explorando el trauma psicológico que deja una derrota tan contundente y su efecto en la confianza del equipo | OneFootball

Por Santiago León

La derrota de la selección mexicana frente a Honduras el 15 de noviembre de 2024 no solo dejó un golpe deportivo, sino que reveló los aspectos clave del estado psicológico y emocional del equipo. Desde una perspectiva psicológica, podemos analizar cómo los factores psicológicos influyen en su rendimiento deportivo.

La teoría de Yerkes-Dodson (1908) propone que un nivel moderado de presión puede mejorar el rendimiento, pero cuando este se vuelve excesivo, como en el caso de la selección mexicana, puede generar un rendimiento inadecuado. La presión de jugar un partido ante un rival considerado «inferior», combinado con las expectativas de la afición, parece haber sobrepasado lo ideal, llevando a los jugadores a cometer errores no forzados y a perder concentración.

Al tener un mal desempeño en el partido, no solo afecta a su reputación, sino también a su identidad en el equipo. Esto se liga con la teoría del autoservicio de Hazel Markus, que explica cómo nuestra percepción de nosotros mismos afecta cómo actuamos y vivimos con otros.

Y, por último, la «cohesión grupal». Tajfel propuso la teoría de la identidad social, que explica cómo un grupo se ve afectado por sus éxitos y sus fracasos. Considerando la derrota ante un equipo «inferior», la cohesión grupal de la selección mexicana podría haberse visto amenazada, afectando la confianza y el trabajo en equipo. Esto pudo generar tensiones internas entre los jugadores.