Nacional Es Pasión
·21 July 2025
NACIONAL SE ABRE PASO COMO LÍDER

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·21 July 2025
Por: Juan Felipe Velásquez.
La noche del sábado en el Atanasio Girardot no solo fue una victoria más. Fue el fin de una espera incómoda, una especie de nudo en la garganta que llevaba ya cuatro partidos sin desatarse. Desde aquel 11 de mayo frente a Llaneros, Nacional no ganaba en su casa. Pero este 3-1 ante La Equidad no fue un simple triunfo: fue una declaración de intenciones. El ‘Rey de Copas’ volvió a ser local no solo en lo geográfico, sino en lo emocional, en lo simbólico. Volvió a imponerse, a jugar, a dominar… y sobre todo, volvió a gustarse.
La victoria tiene un peso doble. Por un lado, corta una racha negativa en el Atanasio; por el otro, deja a Nacional como líder de la Liga BetPlay II-2025, empatado en puntos con Junior pero superando en diferencia de gol. Pero más allá de los números, lo que entusiasma es el cómo. Porque Nacional no ganó por casualidad ni por una jugada aislada: ganó porque jugó mejor, porque fue superior, porque fue contundente desde el primer minuto y supo administrar su ventaja con inteligencia.
El primer gol llegó apenas al minuto 3. Zapata culminó con categoría un centro venenoso de Edwin Cardona, ese mago que con una zurda sigue escribiendo capítulos de arte. Luego, Andrés Sarmiento amplió con una definición de primera tras asistencia quirúrgica de Hinestroza, quien sigue demostrando por qué es uno de los jugadores más desequilibrantes del fútbol colombiano.
¿Equidad descontó? Sí. Un gol de Kevin Parra, exverdolaga, que generó un pequeño temblor. Pero fue solo eso: una amenaza fugaz. Porque Nacional no titubeó. No se echó atrás. Al contrario, volvió a buscar, volvió a insistir. Y como en las grandes noches, cuando el partido pedía cerrar filas y asegurar, apareció Alfredo Morelos. Frontal, sereno, letal. El ‘Búfalo’ metió el tercero y acabó con cualquier duda.
Más allá de los nombres, de los goles o del marcador, lo que dejó esta presentación fue una sensación colectiva de crecimiento. Este Nacional comienza a parecerse a lo que sus hinchas sueñan. Con un mediocampo que conecta, unos extremos que rompen y un delantero que define, el equipo empieza a dar señales de identidad bajo la batuta de Javier Gandolfi.
El entrenador entendió el momento y gestionó con cabeza fría: sustituyó a sus piezas clave en ataque cuando el partido ya estaba en el congelador. No se trata solo de cuidar piernas: se trata de demostrar que hay fondo de armario, que este equipo no depende de un solo jugador, sino de una idea que empieza a consolidarse.
Y no se puede pasar por alto algo fundamental: Nacional está mostrando una cara totalmente distinta a la del semestre anterior. Hay buen juego, hay poder ofensivo, hay gol, y lo más importante, hay solidez defensiva. Este equipo tiene otra energía, otra dinámica, otro semblante. Se nota en la cancha y se siente en la tribuna.
Ahora bien, no nos engañemos: esto apenas comienza. El arranque ha sido muy bueno, ilusionante incluso. Pero sigue siendo eso: un arranque. Los verdaderos retos están por venir. Vendrán semanas duras, partidos complejos, rivales que exigen más. Será entonces, y sólo entonces, cuando sabremos si este Nacional de Gandolfi realmente cambió o si, en el fondo, sigue siendo el mismo equipo confundido y errático de antes.
Por ahora, celebremos el buen inicio. Porque cuando Nacional juega así, cuando gana y emociona, el alma del hincha late más fuerte. Pero también esperemos, con los pies en la tierra y la camiseta en el corazón, para ver si este impulso inicial es el inicio de un verdadero renacer, o apenas un espejismo más.
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