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Alejandro Diago González·22 September 2024
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Alejandro Diago González·22 September 2024
La sustitución de Dusan Vlahovic durante el descanso del Juve contra el Nápoles, podemos decir que sin ningún problema, fue bastante clamorosa, como lo fue ver a los bianconeri no encontrar portería durante tres partidos consecutivos.
Inicialmente se pensó que se trataba de un problema físico del delantero, pero la razón era de una naturaleza completamente diferente: puramente técnica. El serbio parecía previsible contra la defensa de Conte a los ojos de Motta, que insertó a Weah, debutando como delantero centro, intentando dar más vida al ataque, facilitando la inserción de los jugadores exteriores y creando más imprevisibilidad ofensiva. Un movimiento que, sin embargo, no funcionó.
Queda el gesto del entrenador hacia su número 9 en un partido tan importante como el del sábado por la tarde, en el que los focos se centran aún más. Pero también quedan los números registrados por Vlahovic en los 45 minutos jugados, que fueron realmente despiadados. En los 3 duelos aéreos en los que salió derrotado en todos ellos, perdió 3 posesiones de balón y completó sólo 2 pases de 4 intentados; uno de estos fallos fue especialmente grave, el del minuto 29, cuando, en el centro del campo, jugó mal un pase hacia Locatelli, lanzando a McTominay hacia la conclusión, con Di Gregorio listo para intervenir.
La actuación de Dusan ante el Nápoles fue pobre, de hecho casi desastrosa, con Conte haciendo un gran trabajo para que sus jugadores no le cedieran ni un centímetro, neutralizándole y manteniéndole lo más lejos posible de la portería, donde el serbio no sabe exprimir al máximo sus cualidades.
Con la inserción de Weah, nada ha cambiado y los goles marcados han sido cero, como sucedió en las dos últimas ocasiones esta temporada en Serie A, contra Roma y Empoli: la Juve lleva 307 minutos sin marcar, desde el 0-3 en el Bentegodi marcado por Vlahovic.
Si en Champions League los goles han llegado, en el campeonato esta actuación es un toque de atención, y analicemos los números para subrayarlo: según los datos de Opta, en los últimos tres partidos la Juve ha producido 25 goles totales, con un xG global de sólo 1,57. Esto significa que, según los datos, el equipo de Motta ha creado ofensivamente un volumen de juego que sólo habría merecido un gol y medio en los últimos 270 minutos jugados.