La simplicidad de las cosas | OneFootball

El ser humano es imperfecto per sé. Aúna una serie de defectos que le hacen compartir sus inquietudes y traumas con otros. Una de esas imperfecciones es no valorar los pequeños detalles. La sencillez en la cotidianidad. Y es que, con asiduidad, son esas cosas simples las que hacen que todo funcione.

En el Real Madrid de Xabi Alonso– dentro de la inescrutable falta de excelencia que se encuentra en todos los equipos habidos y por haber–, bien puede establecerse un nexo entre esta simplicidad y el máximo goleador del Mundial de Clubes, Gonzalo García.

Gonzalo García celebrando su gol ante el Dortmund. Fuente: Real Madrid. Vía: X

El Real Madrid con Xabi Alonso

La llegada del tolosarra a los banquillos del conjunto blanco está quedando patente con tan solo unos pocos encuentros al pie del cañón. La defensa de tres con carrileros que se proyectan en ataque–con más cantidad que calidad–, la línea adelantada y un centro del campo que ha mutado por completo respecto al mes pasado son algunas de las características del nuevo Real Madrid. Todo ello bajo la misma premisa: la presión tras pérdida.

El tópico de “el fútbol es cada vez más físico” tiene más razón que nunca. No por aquello de que los centrocampistas iban a ser como auténticos cyborgs; es más, en ese sentido, genios como Pedri o Vitinha han derogado ese argumento. En este caso, ese cliché está más orientado al colectivo en sí: todos deben presionar si se quiere ser un equipo dominador. De lo contrario, este se romperá con facilidad. Equipos como PSG o FC Barcelona– campeones de Champions y LaLiga, respectivamente– han reforzado este razonamiento.

La plantilla madridista celebrando el gol de Gonzalo García, máximo goleador del Mundial de Clubes. Fuente: Real Madrid. Vía. X

En el Madrid, Gonzalo García abandera la presión. La irrupción del joven delantero no tiene muchos precedentes en la “Casa Blanca”. Son ya 4 goles y 1 asistencia en 5 partidos, ante el primer gran escenario mundial que se le ha presentado. Personifica esa simplicidad por su desempeño en las tareas de “Nueve”. Juega bien de espaldas, amenaza al espacio y tiene gol. Gonzalo es causa y consecuencia en el funcionamiento del sistema de Alonso.

Escrito por Daniel Sánchez Pérez