La Montaña Rusa de César Farías en el Fútbol Colombiano: De Águilas a un Junior con más sombras que luces | OneFootball

Redacción Balonazos.- La noticia era un secreto a voces, pero el reciente anuncio oficial lo confirma: César Farías ha sido apartado de la dirección técnica del Junior de Barranquilla. El estratega venezolano, que llegó con la promesa de revivir el «Tiburón», cierra un capítulo lleno de polémicas y resultados irregulares. Dejo una gestión que distó mucho de las expectativas de la exigente hinchada rojiblanca.

Su salida del Junior no es un hecho aislado, sino la culminación de una etapa agridulce en el fútbol profesional colombiano que comenzó con un prometedor paso por Águilas Doradas y un efímero, pero ruidoso, tránsito por el América de Cali. Repasamos la huella del DT Vinotinto en canchas colombianas.

Águilas Doradas: El brillo fugaz de César Farías

La incursión de César Farías en el FPC se dio a mediados de 2023 con Águilas Doradas. Y su inicio fue, sin duda, su punto más alto. El venezolano tomó las riendas de un equipo que, bajo su mando, se convirtió en la gran revelación del semestre.

Lideró la fase de «todos contra todos» del Torneo Clausura con una campaña histórica, sumando una cantidad impresionante de puntos y desplegando un fútbol pragmático y efectivo. Farías logró cohesionar un grupo de jugadores, imprimiéndoles una mentalidad ganadora y un orden táctico que sorprendió a propios y extraños.

Bajo su tutela, Águilas clasificó a la Copa Libertadores 2024, un hito para el club. Sin embargo, la historia no terminó con un título. En los cuadrangulares finales, el equipo no logró mantener el mismo nivel y quedó fuera de la lucha por la estrella.

A pesar de esto, su gestión en Rionegro dejó un buen sabor de boca y lo catapultó como un técnico apetecido en el rentado nacional.

América de Cali: Una relación corta y turbulenta

Tras su salida de Águilas, por un interés que no se concretó del todo en el extranjero, César Farías recaló en el banquillo del América de Cali a principios de 2024. Su llegada generó expectativa por el peso histórico del club y la personalidad fuerte del entrenador. No obstante, su paso por la «Mechita» fue más breve y convulso de lo esperado.

En apenas unos meses, Farías no logró encontrar la fórmula para que el equipo «escarlata» despegara. Los resultados no acompañaron, el estilo de juego no convenció y las polémicas extra-cancha no tardaron en aparecer, incluyendo rumores de roces internos.

El América de Cali quedó eliminado de los cuadrangulares y también de la Copa Sudamericana ante Alianza FC, lo que precipitó su salida por mutuo acuerdo en abril de 2024. Su gestión en Cali se recordará por su corta duración y la falta de impacto positivo en el rendimiento del equipo.

Junior de Barranquilla: El «Tiburón» que no mordió

Y así, en septiembre de 2024, César Farías arribó a Barranquilla para asumir el reto de dirigir al Junior, un equipo con una de las hinchadas más pasionales y una chequera que siempre exige títulos. Farías se convirtió en el primer venezolano en sentarse en el banquillo del «Tiburón», una oportunidad histórica.

Sin embargo, su ciclo en el Metropolitano estuvo marcado por la irregularidad. Si bien el Junior logró clasificar a los cuadrangulares finales en la Liga BetPlay, el rendimiento del equipo nunca terminó de convencer. Se le criticó la falta de una idea de juego clara, la poca contundencia ofensiva y las decisiones tácticas en momentos clave. La eliminación en los cuadrangulares de la Liga, sumado a una serie de declaraciones polémicas y roces reportados en el camerino, sellaron su destino.

La gestión de César Farías en el Junior de Barranquilla deja un balance de más interrogantes que certezas. A pesar de contar con una nómina de peso, el equipo nunca logró la solidez ni la identidad esperada.

El fútbol colombiano despide, por ahora, a un técnico que prometió mucho en su primera estación, pero que en sus dos siguientes paradas no logró cumplir con las altas expectativas generadas. La trayectoria de César Farías en Colombia ha sido, sin duda, una montaña rusa de resultados y percepciones, dejando a su paso un debate abierto sobre su gestión