Offsider
·20 December 2024
In partnership with
Yahoo sportsOffsider
·20 December 2024
Es curioso como el conductor más carismático del panorama deportivo consigue calar su mensaje en los espectadores a pesar de contradecirse una y otra vez. El Chiringuito de Jugones es un Real Madrid vs Barcelona basado en una tertulia donde su éxito no para de crecer y traspasar fronteras. Es más, a veces puede ser más divertido que ver un Clásico si a nivel de ritmo se refiere. Negar esto sería como cuando los medios de comunicación abjuraron de las redes sociales en un primer momento para seguir optando por el formato del SMS. Por cierto, esta es una de las claves del triunfo de Josep Pedrerol. De un Punto Pelota que quizás era más visto por el anciano que te echaba el humo de su cigarro en el bar; a llegar, con su formato modernizado, al chaval que está en la fase del embrujamiento por la lupa de Instagram.
Es un hecho que la taberna deportiva la tiene monopolizada, al menos, a nivel televisivo como en la modalidad dominante del presente: los reels. Si comparamos con el cine, El Chiringuito de Jugones es la MARVEL Studios del fútbol. Las frases hechas de sus protagonistas son los efectos que te dejan ‘boquiabierto’ en el patio de butacas. Por suerte, la cartelera es muy amplia, aunque no lo parezca. El deporte rey aún tiene espacios donde hay hueco para el guion, la elaboración y la transmisión de historias que solo tienen conocimiento unos pocos. Todo es respetable, hasta que la información pasa a ser tu juguete para realizar favores personales.
Josep Pedrerol fue quien defendió a José Mourinho y mató, de forma literal, a Íker Casillas. No me voy a posicionar a favor del grandioso técnico luso o de uno de los mejores porteros de la historia del fútbol, pero si voy a rescatar unas palabras que recordó el actual entrenador del Fenerbahçe en una rueda de prensa dedicadas al periodista Fernando Burgos, uno de los que fue sus mayores críticos hace una década: «El jugador X juega por decreto, es el dilema que no cesa. No se debería aceptar titulares por decreto. Un entrenador que concede este privilegio perjudica al jugador. No se puede hacer titular a un futbolista por su estatus así como que el palmarés no puede hacer alineaciones». Entonces… la pregunta es la siguiente: ¿Por qué no se aplica esa defensa del entrenador con Íñigo Pérez respecto a James Rodríguez?
James Rodríguez, en una entrevista con su amigo Edu Aguirre en 2018
Porque el Chiringuito, como todo medio de comunicación, tiene algún punto débil. El suyo es cuando hablan de un club que ni siguen en Instagram, como es el Rayo Vallecano. Cuando se salen del tema que controlan, ahí patinan y bastante. Más aún cuando hablan de un futbolista que es amigo de uno de sus contertulios, como es Edu Aguirre. Esto no es novedad. Ya en la época que Zinedine Zidane le sentó en el Real Madrid, la mayor parte de sus tertulianos llegaron a cuestionar el trabajo del francés, por cierto, tercer entrenador más laureado de la historia blanca. James…¿En cuántos títulos fue decisivo para el conjunto merengue? Lo mismo es que ha llegado Cristiano Ronaldo, Benzema o Mesut Ozil a Vallecas; jugadores que si fueron claves para conquistar trofeos.
Josep Pedrerol definió la situación del colombiano de la siguiente manera: «El entrenador está por un lado y la empresa por otro. Lo que está perdiendo el Rayo en imagen por el mundo es tremendo. El mejor jugador de la Copa América y no lo pone…que está en todo su derecho. El entrenador le está tirando por los suelos. Vallecas está desperdiciando una oportunidad para ponerse en el mundo, en el mapa». Mientras, Íñigo Pérez no ha pisado la zona de descenso y va en camino de conseguir dos permanencias consecutivas. Es curioso como se trata al orgullo obrero de La Liga. En año de centenario, con la amenaza de perder el Estadio de Vallecas durante el curso pasado, el programa deportivo se ha pronunciado más en defender al MVP de la Copa América que en otros aspectos que han sido cuestión de vida o muerte para el rayismo.
James Rodríguez, en un partido con el Rayo Vallecano (Cordon Press)
Josep Pedrerol ha demostrado tener poco conocimiento de lo que es el Rayo Vallecano. Porque si supiera algo de la historia reciente, sabría que el caso James sería el problema 5.500 de la entidad, como bien apuntó Carlos Sánchez Blas en X. Si la cabeza visible del programa se molestara en hacer una radiografía de lo que piensan la mayoría de los aficionados franjirrojos, sabría que no debería llevar a Raúl Martín Presa a su programa. Hartos de una gestión paupérrima, creo que habría que preguntarse como los micrófonos de un programa deportivo de referencia para muchos, da más a voz a un jugador que no acepta las suplencias que a los hinchas que han demostrado ser la afición más fiel de Primera División, luchando debajo del frío, la lluvia y el granizo para que su recinto no se moviera de Vallecas, como posible tapadera para una operación urbanística.
Por supuesto, la opinión de Josep Pedrerol es respetable, como cualquier otra. Ahora bien, debería de dar un paseo por el barrio o ver de nuevo la entrevista que hizo a Paco Jémez en su podcast, El Cafelito. Porque todo el mundo que ha vestido la elástica de La Franja, siempre habla en presente de los rayistas, donde todos alaban que ellos nunca pitan en función del resultado e incluso del rendimiento ofrecido. Esto último viene al pelo con el caso de Raúl de Tomás, desaparecido en combate por motivos personales. Y James, en su entrevista al Diario Marca, habló en pasado hacia una gente que aún confiaban en la entrega del 10 de Colombia.
En definitiva, si Josep no es hipócrita, debería seguir defendiendo lo que un día promulgó. Si tomamos de ejemplo las palabras escritas del periodista Burgos recordadas por Mourinho, James Rodríguez no debe jugar en el Rayo por decreto o por haber sido una estrella fugaz del fútbol mundial. Si tiene que ser partida del once, lo que debe hacer es seguir trabajando, como hacen otras leyendas como Álvaro García, Óscar Valentín o Isi Palazón, que a pesar de haber dado todo por el escudo, no tienen el puesto garantizado. Mientras, Íñigo Pérez y el Rayo Vallecano han tenido que aguantar descalificaciones por parte de los fanáticos cafeteros, así como un trato desigual desde ciertos medios. Salvo milagro, James Rodríguez es el pufo del pasado mercado de fichajes. ¿Lo peor? Que como en mucha parte de su carrera, serán por hechos que precisamente no han ocurrido dentro del tapete de juego.