La campaña de los hinchas del DIM de cara a los cuadrangulares | OneFootball

Parce, los cuadrangulares ya están ahí, a la vuelta de la esquina, y la energía en la ciudad se siente más roja que nunca. Los del Pueblo están encendidos, soñando con ver al Medallo dejarlo todo en la cancha, y como siempre, no vamos a quedarnos callados. Esta vez, la hinchada tiene un pedido especial, una petición que nace desde el corazón mismo del Atanasio.

Resulta que muchos hinchas están alzando la voz con respeto pero con todo el amor del mundo pa’ que el Poderoso ataque en los segundos tiempos hacia la tribuna norte. Sí, parce, hacia donde se arma la RXN, la barra más entregada, más ruidosa, más presente. Allá donde el aliento es inagotable y los bombos no se apagan ni cuando vamos abajo.

¿Por qué esa petición? Fácil, mi llave: pa’ meterle presión al rival, pa’ que sientan el rugido de la hinchada en la nuca, pa’ que cada ataque del DIM en el segundo tiempo sea un terremoto emocional. Porque si hay algo que empuja al equipo, es tener a su gente de frente, dejando la garganta en cada jugada.

La tribuna norte no es solo cemento y sillas, parcero. Es historia, es aguante, es ese pulmón que no deja de soplar por el Medallo. Y si el equipo ataca hacia ese lado cuando más se necesita cuando el reloj aprieta y los goles valen oro, se genera una conexión brutal. Hinchada y jugadores se vuelven uno solo.

No es un capricho, es una estrategia con alma. El fútbol también se juega con el corazón y el aliento del público pesa, parce. Ya lo hemos vivido: cuando el Atanasio se vuelve una olla a presión, los milagros ocurren. Y eso es lo que se quiere lograr, con respeto por las decisiones del cuerpo técnico, pero con el deseo firme de sumar desde donde nos toca: la tribuna.

Este mensaje va con todo el cariño y el respaldo de una hinchada que jamás abandona. No es protesta, es propuesta. No es exigencia, es una muestra de amor por los colores. Porque cuando el Medallo y su gente se alinean, parce… pasan cosas grandes. Se sienten los goles en el alma. Se juega con fuego.

Así que ahí queda el mensaje, directo desde el corazón rojo de la ciudad: queremos al equipo atacando al norte en los segundos tiempos, queremos que el Atanasio vibre en sincronía, queremos ponerle toda la presión al rival con nuestra fuerza. ¡Vamos Medallo, que este sueño lo jugamos todos!