Escocia y sus dos finales | OneFootball

La selección escocesa fue, junto a Alemania, la encargada de dar el pistoletazo de salida de esta Eurocopa. La Tartan Army llegó al país teutón con la canción “No Scotland No Party” de banda sonora, con una letra que no animaba al optimismo, pese al pegadizo ritmo de la misma. No iban mal encaminados, pues en el primer partido se estrellaron de forma dramática. Fueron atropellados por Alemania, con un resultado final de 5 a 1 en el Allianz Arena de Múnich.

Tras hablar con varios aficionados escoceses, no parecían muy contentos con el desempeño de su nación. Cabe destacar que, aunque son uno de los países con mayor tradición futbolera, no todo escocés siente a su selección. Como es bien sabido por gran parte del mundo del fútbol, existe una rivalidad que va más allá del Clásico, e incluso del propio balompié; se mete de lleno en el mundo de la política y la religión. Allí hay dos bandos: Celtic o Rangers. Por eso, sus aficionados reiteran que ellos son, al cien por cien, aficionados de su club, y la selección es algo secundario… O incluso terciario.

Fuente: EURO 2024

Dejando a un lado los colores, es evidente que los pupilos de Steve Clarke fueron demasiado pasivos durante la jornada inicial. Dio la impresión de que Escocia respetó en exceso a los alemanes. Respetó en el sentido de la pasividad previamente mencionada; no fueron esa selección aguerrida e insistente que fue en otros momentos. Se pudo ver con claridad la mentalidad cuando, alrededor del minuto 5, una jugada cerca de la portería visitante salió fuera, y el árbitro señaló saque de portería, en vez de córner. Ante esto, Tierney, jugador involucrado en esa jugada, comenzó a celebrarlo. Esto hizo que la gente se cuestionara la idea de juego, tildándolo de “ridículo” y “poco ambicioso”.

A pesar del resultado tan abultado, Alemania no fue tan meritoria, a pesar de mostrar un gran juego. Un factor muy importante fue el mal planteamiento de los escoceses. En España muchos recordarán el partido en Hampden Park, dos goles de McTominay fueron decisivos, añadiendo a esto la contundencia y disciplina a lo largo del partido.

Fuente: EURO 2024

Por todo el Reino Unido, se habla que Clarke pecó de conservador. En primer lugar, las alineaciones de Escocia están condicionadas por los incesables intentos de juntar a Kieran Tierney y Andrew Robertson en el campo, a pesar de que ambos son laterales izquierdos. Esto ya perjudica al equipo, quitando a un jugador creativo del centro del campo, como podría haber sido Billy Gilmour, el talentoso mediocampista del Brighton. Asimismo, los centrales no son de la más absoluta élite, por tanto, deberían aprovechar todas las ocasiones posibles. Hasta aquí, todo es coherente, pero el problema llegó en la delantera. El titular fue Ché Adams, un buen jugador, pero quizás un estilo diferente a lo que necesitaban, probablemente tenga un perfil más de revulsivo. El suplente de Adams es Lawrence Shankland, el delantero titular del Hearts de la Scottish Premiership. Esta temporada, Shankland ha anotado 31 goles, 21 de ellos en la liga. Esto es un registro impresionante, pues los máximos goleadores suelen jugar en uno de los dos equipos más grandes, Celtics o Rangers. En ciertos momentos, se echó en falta un delantero grande, un rematador que brinde experiencia y goles al equipo.

La base no es nada mala, quizás arrancar contra una de las favoritas no fue lo mejor. Escocia cuenta con una de sus mejores generaciones, aunque quizás no la mejor. Hoy jugarán una final ante Suiza. ¿Serán capaces de clasificarse a octavos de final?