
La Galerna
·26 May 2025
Era su deber

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·26 May 2025
24 de mayo del año 456 DC. Colonia Iulia Lader, Iliria. El centurión romano sube la escalera y se asoma por encima de las almenas de la muralla. Se ajusta parsimoniosamente su casco, tal y como ha hecho cientos de veces en ocasiones similares. Un rostro apergaminado, seco, lacerado por decenas de combates pasados. “Este va a ser el último”, piensa para sus adentros y esboza algo parecido a una sonrisa. Su mirada está cansada, a sus casi 40 años ya no tiene una visión tan aguda como antes. Delante de él, solo a unos cientos de metros, emerge una inmensa masa de guerreros hunos, godos, sármatas, hérulos, gépidos… miles y miles de hombres desplazándose en columnas hacia las ricas ciudades del norte. Se mueven rápido por las eficientes calzadas romanas, que paradoja… Están ansiosos por destruir lo que queda del Imperio romano. El centurión sabe lo que tiene que hacer. Ha enviado mensajeros a Nevioduno y Epona. No para pedir ayuda (inútil), sino para ponerles en alerta. Baja y saluda a sus hombres por última vez. Ordena abrir las puertas, se pone al frente de sus caballeros y carga contra las columnas de impedimenta, mal defendidas en la desordenada marcha bárbara. Sabe que no tiene ninguna posibilidad, pero intentará retrasar cuanto pueda su avance. Todos sus hombres le obedecen y le siguen, por supuesto. Tras una lucha breve, todo se detiene. El centurión no siente dolor, pero le cuesta respirar. Sangra profusamente por el costado, pero le da igual. Se ahoga y se desabrocha el casco y la coraza… Pero en ese momento, se desploma contra el suelo polvoriento y todo se funde a negro… Su último pensamiento ha sido: “Era mi deber, defender al Imperio”.
24 de mayo de 2025. Es el último partido de Luka Modrić en el Real Madrid. Cuando el árbitro pita el final, Luka se dirige al centro del campo para despedirse de los miles de aficionados que no paran de aplaudir. "Esta ha sido mi última batalla aquí”, piensa. Su grandeza como jugador ha sido el nivel de los enemigos contra los que ha combatido y la enormidad de los héroes legendarios que le han acompañado. El gol al Manchester United. El córner de la décima rematado por Ramos. Las combinaciones con Kroos y Casemiro contra la Juventus en Gales. La asistencia a Ronaldo. El corte a Messi en el partido contra el PSG y el pase imposible a Benzema. Los pases legendarios con el exterior. Las finales contra el Liverpool… El jugador más laureado en el club con más trofeos de la historia. El más grande.
Mientras todo el mundo le aclama, nota que este momento, está sensación, ya la ha vivido antes… Un pensamiento se repite en su cabeza: “he cumplido con mi deber. Defender al Imperio”.
Getty Images