El Real Madrid, ante la espada de Damocles | OneFootball

El Clásico se presenta como el último tren para optar a campeonar. Carlo Ancelotti y su Real Madrid, abonados a la épica y sin margen de error

«Si ganamos tenemos un punto de desventaja. LaLiga está en manos del Barcelona pero vamos a tener más oportunidades si somos capaces de ganar. Es una gran oportunidad. Nos vamos a preparar bien de cara al partido del domingo, que no digo que va a ser decisivo pero casi», apostilló Carlo Ancelotti el pasado domingo en la sala de prensa del Santiago Bernabéu tras dejarse sangre, sudor y lágrimas en las postrimerías del Real Madrid – Celta de Vigo.

Un día más, el cuadro blanco estuvo a punto de naufragar. De todas formas, la mira está puesta sobre el duelo ante el FC Barcelona del domingo venidero en Montjuïc (16:15 horas, LALIGA Movistar TV). Después de doblegar por la mínima al bloque celeste, las aspiraciones por levantar al cielo de Chamartín el entorchado liguero siguen intactas. Roza lo quimérico, pero… el Rey de Europa nunca levanta la bandera de la rendición antes de tiempo.

Tal y como afirmó Carletto, el encuentro va a ser prácticamente definitorio. Máxime si el cuadro de Hansi Flick se enfunda los tres puntos a orillas de su parroquia. Sin embargo, un triunfo madridista abriría la puerta a un final de Liga de pura taquicardia. Los desfibriladores, a escena. Una vez que el Clásico finalice, todavía restarían tres jornadas de competición. Así las cosas, el liderato podría mutar en cualquier momento. Cuestión de detalles.

Pese a que el Madrid camina afligido por las lesiones y erosionado en el plano emocional a tenor de los últimos traspiés, el Barça ha perdido fuelle con el paso de las semanas. Lleva tiempo sin activar el modo apisonadora en el torneo regular, y eso que se ha visto las caras ante rivales de menos tronío como Leganés, Mallorca o Celta de Vigo. Lógicamente, el calendario infernal de partidos merma. Ninguno se libra.

La afición madridista, de cara a salir victoriosa del feudo culé, también se aferra a la final copera. Envite eléctrico en el que la escuadra merengue acarició con la yema de los dedos la Copa del Rey. En el vis a vis contra su máximo rival, asestó varios golpes en la yugular. En cambio, la balanza se decantó a favor barcelonista por cuestión de errores que derrocan victorias. Aquella noche, Mbappé y Güler agitaron el avispero de manera considerable. Dos magos del balón que serán de la partida en la montaña mágica. De igual modo… a ellos se agarra el madridismo.