El impacto de Lionel Messi en Estados Unidos | OneFootball

Una serie de jugadores que pasaron por la MLS o tiene conexión con el anfitrión del Mundial de Clubes analiza el paso del argentino por el Inter Miami.

Marco Etcheverry no recuerda la imagen de un campo de fútbol cerca de su casa cuando llegó a Washington, en 1996. Los ruidos de pelotas eran de básquet que rebotaban en el suelo o golpes de bates a la de béisbol. Pero no se escuchaban gritos de ‘gol’. Como Carlos Valderrama o Jorge Campos, figuras latinoamericanas que todavía estaban en buen nivel pero comenzaban a perfilar el final de sus carreras, el boliviano apostó por la MLS y la jugada no le salió mal. Un torneo en crecimiento, una afición interesada y un ambiente con menos presión que en otros lugares del mundo.

Pero la imagen que sí tiene bien fresca el Diablo es la cantidad de canchas de fútbol que ahora tiene a su alrededor, cerca del lugar en el que vive, en la misma ciudad, la capital de Estados Unidos. Aunque el básquetbol, el béisbol o el fútbol americano siguen siendo gigantes de la cultura estadounidense, el fútbol parece haberse instalado definitivamente. El mapa cambió por completo.

La llegada de Messi a Inter Miami, a mediados del 2023, representó mucho más que la contratación de uno de los mejores jugadores de la historia a un equipo nuevo y con ambición. La percepción de Etcheverry parece haberse extendido en diferentes áreas, en diversas sensaciones, en un impacto que hasta resulta difícil de medir y que tiene como única realidad el presente. No se detiene y resultará complicado de frenar.

En el Mundial de Clubes 2025, Messi volverá a ser bandera. De un equipo que sueña con competir, pero también de una ciudad, de un estilo de vida. Desde su llegada marcó más de 40 goles, se convirtió en el máximo anotador de la nueva institución -fundada en 2018- y ganó títulos, como la MLS Supporter’s Shield y la Leagues Cup para inaugurar una vitrina que estaba vacía.

Pero, además de los números, las marcas dentro del campo de juego y la permanente obsesión por ganar y mantenerse en lo alto, Messi marca una tendencia de amor por la pelota. Tan viral como sus jugadas son los momentos en los que recorre las instalaciones del Inter Miami para ver jugar a sus hijos (Thiago, Mateo y Ciro) en las divisiones inferiores del club. Mate en mano, casi siempre con su amigo de hace más de diez años, el uruguayo Luis Suárez, el argentino se desvive por el fútbol.

«Puedo hablar por la parte de infraestructura de niños jóvenes, cómo ha crecido Inter Miami en su academia ha sido impresionante en estos últimos tiempos, eso marca una evolución de lo que genera Leo y otros jugadores. Eso fija las expectativas para el futuro de lo que crece el deporte, que no es el más grande en Estados Unidos», dijo Luis Suárez a FIFA.com, otra leyenda del fútbol que aterrizó en Miami para combinar con un grupo de exfiguras del Barcelona, junto a Sergio Busquets y Jordi Alba.

Las Garzas, que consiguieron su boleto al Mundial de Clubes como representante del país organizador gracias a su sobresaliente y constante trayectoria a lo largo de toda la temporada 2024, luego de conquistar la Supporter’s Shield de la MLS, tendrán la responsabilidad de inaugurar el torneo en su estadio, el sábado 14 de junio, frente al Al Ahly FC, de Egipto, rival del Grupo A, que también comparte con Palmeiras, de Brasil, y Porto, de Portugal.

Chicos que quieren jugar al fútbol. Un impacto directo en las bases. Así lo describe Mario Kempes, leyenda de la Copa Mundial 1978 que vive en Estados Unidos desde hace más de diez años. «La influencia de Messi se ve en las escuelitas de fútbol nuevas. Ha mejorado mucho, principalmente en los chicos, que es donde mejor pueden aprovechar porque tienen al mejor jugador del mundo y de él se pueden identificar muchos». Y Etcheverry, que forma parte de las divisiones menores de DC United, agrega: «No va a haber campos para tantas canchas porque la cantidad de niños que lo practican es impresionante».

En el inicio de temporada, Inter Miami, que en la temporada pasada perdió la chance de ganar el título local en el primer cruce de duelos eliminatorios pese a tener una temporada casi perfecta, se muestra sólido en la MLS, aunque no pudo avanzar a la final de la Copa de Campeones CONCACAF luego de perder en las semifinales contra Whitecaps, en un global de 5-1. Dirigido ahora por Javier Mascherano, otro viejo conocido con paso en el equipo catalán, Messi parece querer más, con la mira también puesta en la Copa Mundial 2026, con Miami como una de las sedes del torneo.

A punto de cumplir 38 años (el 24 de junio), Messi todavía acapara miradas. «La liga la ve todo el mundo por Leo. Eso es bueno para todos, es vitrina. Ojalá puedan seguir llegando jugadores de ese nivel. El fútbol en Estados Unidos ha crecido mucho, en otros años se veía más la NBA, el béisbol…pero hoy, con la llegada de jugadores importantes, está creciendo, está siendo más visto. Ojalá siga así», dijo a FIFA.com Pedro Gallese, portero del Orlando City Soccer Club.

Así lo analiza Mascherano: «Messi produce un impacto gigante como todo lo que toca. Cada paso que da en su carrera es de un impacto enorme porque es el mejor y la MLS se ha beneficiado de eso. En cada rincón del mundo conocen a nuestro club, a nuestra liga, y en gran medida Leo tiene mucho que ver».

Jonatan Giráldez, entrenador que consiguió todo con el Barcelona femenino de Aitana Bonmatí y Alexia Putellas, también dio el paso de Europa a Estados Unidos. Como exentrenador de Washington Spirit de la National Women ‘s Soccer League (y ahora de regreso a Europa con el Lyon de Francia), el español supo reconocer lo que produce Messi a nivel identificación.

«Messi es un jugador que ha coincidido a parte y que sigue coincidiendo con las generaciones más jóvenes. Coincidió con mi generación, que yo soy joven (33 años), pero de las generaciones más jóvenes también está coincidiendo. Esa trascendencia que ha tenido en el Barça, en Europa, que ha traspasado las fronteras y aquí en Estados Unidos la gente está pudiendo ver el talento que tiene. Un poquito más mayor, pero que se le cae de los bolsillos la calidad. Pero es verdad que unificó esa falta de identidad por equipos que hay, que quizás las mismas jugadoras hoy se identifican con el Inter Miami o con los partidos de Messi, como antes no ocurría».

El sueco Emil Forsberg, de los New York Red Bulls, agrega: «El impacto que ha tenido en todo el mundo es increíble, y se puede ver dondequiera que vayas: camisetas de Messi por todas partes».

El colombiano Juan Pablo Ángel, histórico goleador de la liga estadounidense por más de cinco años (entre New York Red Bulls, Los Angeles Galaxy y Chivas USA), advierte un factor que no parece menor. «En mi opinión, se lo ve contento. Y cuando un jugador de estas características está contento es más fácil que desarrolle todo su nivel. Y por supuesto que la gente lo disfruta y aprecia más».

En el estadio Lusail, después de ganarle a Francia en los penales, luego de haber marcado dos goles en ese partido y otros cinco en el resto del torneo, tras haber logrado la Copa Mundial, el objetivo máximo de su carrera, el sueño irremplazable que parecía postergarse para toda la vida, Messi hizo una caminata con enorme significado: fue hacia la zona de las tribunas en las que estaba su familia y movió los brazos para un lado y otro. Sin disimular, mientras su mujer Antonella y sus hijos disfrutaban de un momento que reconfortaba y tapaba los golpes del pasado, la presión cruel del «éxito o fracaso», Lionel Messi decía: «Ya está, ya está, ya está».

Lejos de la presión del fútbol europeo y tachada la gran obsesión de su carrera -ganar el Mundial con Argentina-, Messi se permite disfrutar. Festeja los goles con sus hijos en el campo de juego, conoce figuras del deporte o la industria del entretenimiento con entusiasmo, sonríe.

Pero Alex Aguinaga, histórico jugador ecuatoriano que compitió contra varios equipos de Estados Unidos desde clubes mexicanos, aclara: «Messi nada más es la parte de arriba del iceberg, la punta, ni siquiera la punta».

Tomará varios años para terminar de comprobar el legado y la influencia de Messi, llevará un tiempo observar las secuelas, las raíces. El cuadro -todavía- no permite alejarse para verlo con más amplitud porque todavía está en plena obra. Como dice Ángel: «El legado de Messi se sigue cuantificando en el día a día. Su impacto ha sido absurdo».